Parte 35: Final feliz

2.1K 176 143
                                    

- ¿De verdad? ¿En serio sí quieres?

- Sí, Silvia, quiero que seas mi esposa, que vivamos toda la vida juntos. Sé que... quizá es muy pronto para casarnos, pero... Es lo que quiero.

- Entonces sí. Si es lo que quieres, acepto, porque es también lo que yo quiero. - Jorge sonrió y metió la mano en su bolsillo para sacar una cajita de terciopelo color rojo. La abrió frente a la mirada atenta de ella, y dejó que viera el anillo que le había comprado.

- Es para ti, como regalo de compromiso.

- Claro, no podía faltar algo así en el Señor Perfección. - ella tomó el anillo y se quedó mirándolo. - Está precioso.

- Era el más bonito que tenían. - Jorge lo tomó de la mano de ella para colocárselo en el dedo anular. - Y se ve todavía más bonito en tu mano.

- Gracias... Muchas gracias por esto, Jorge.

- Dijiste que querías que fuera lo más pronto posible, así que... Hoy en la mañana que me dijiste la fecha, pensé que sería lindo casarnos el 14.

- ¿14? O sea, ¿pasado mañana?

- Sí. ¿O te parece que estoy exagerando?

- Sí es muy pronto, pero... No hay problema, ¿no? Es decir, a mí sí me gustaría, pero... No sé a ti.

- Sí, quiero que sea pronto, porque no soporto la idea de que, de un momento a otro, algo pueda separarnos de nuevo. Necesito tener la seguridad de que voy a estar a tu lado siempre, de que tenemos algo que va a durar toda la vida.

- Y así va a ser, lo prometo.

Él sujetó la mano de ella con fuerza y cerró los ojos; sentía que su corazón latía con fuerza y respiró profundo para intentar calmar un poco su emoción.

- ¿Me dejas hacer una llamada?

- Claro. ¿Te sientes bien? - preguntó ella, preocupada.

- Sí, estoy perfecto.

Jorge tomó su teléfono y marcó un número; miró de reojo a Silvia y la notó nerviosa, consciente de que ella pensaba que él podría ponerse mal en cualquier momento.

Dejó el teléfono sobre la mesa después de haber marcado el número.

- ¿Qué pasó? ¿No respondieron?

- No. Pero está bien, no te preocupes. Esa era la idea, no tiene caso que me respondan.

- ¿Seguro?

- Absolutamente. De hecho, creo que todo está saliendo mejor que nunca. Debo confesarte que... Estaba muy nervioso, temía que te arrepintieras.

- No podría. Estuve un mes buscándote porque no estaba dispuesta a aceptar que te hubieras ido para siempre de mi vida. Por fin te encontré y no pienso dejarte ir otra vez. Y sobre la boda... Antes o después, íbamos a terminar casados, así que... Prefiero que sea ahora que estás decidido tú también.

- Eres una mujer maravillosa, Silvia. Debo confesar que, en medio de tantas cosas que han pasado, esperaba que te rindieras, que lo que sentiste hacia mí fuera una ilusión pasajera.

- No lo es.

- En mí tampoco, hermosa. - se sonrieron y Jorge se acercó hasta ella, rodeando la mesa por un lado, para arrodillarse junto a Silvia. Le tomó una mano y luego se acercó a darle un beso en los labios.

Se quedaron besándose durante algunos segundos.

- Buenas noches. - Silvia se giró al haber escuchado una voz conocida.

En tu miradaWhere stories live. Discover now