Parte 17: Feliz cumpleaños

2.5K 209 236
                                    

- Y, ¿qué sientes por mí?

- La verdad no tengo idea. Pero... nunca lo había sentido antes. Y eso me incomoda, ¿sabes?

- ¿Por qué?

- Porque me haces sentir bien y, cuando no te veo, te extraño.

- ¿Me extrañas, de verdad?

- Sí.

Jorge se dio cuenta de que estaba temblando. ¿Cómo podía estar siendo tan sincero?

No acostumbraba ser así, porque no le nacía, porque no quería hacer notar su fragilidad ante los demás.

- Jorge... - el tono de voz de ella se volvió lento y suave. - Te quiero... Te quiero mucho, demasiado. - él bajó la mirada para observarla.

- Esto está mal, ¿sabes?

- ¿Qué es lo que está mal?

- En primera, que me estés diciendo esto mientras tienes novio.

- Ya no tengo, me dijo que no lo buscara.

- Pero eso fue hace sólo unas horas, todavía no es una ruptura oficial.

- Me dijo que no lo buscara y no pienso hacerlo.

- ¿Por qué no?

- Porque no necesito correr al otro lado del mundo por alguien a quien no estoy convencida de amar.

- Tú me dijiste que lo amabas. Me lo dijiste muchas veces.

- Así era. Creí que lo amaba. De verdad lo creí. Pero... Cuando de verdad es amor, no te atreves nunca a hacer algo como lo que yo hice en la fiesta.

- Estabas ebria.

- Tú dices que tengo al amor demasiado idealizado, y quizá tienes razón. Pero creo en ello. Si fuera amor de verdad, ni siquiera ebria hubiera hecho lo que hice.

- No, fue un simple error, no lo catalogues como una señal del destino que te abrió los ojos.

- No es una señal del destino. Fui yo misma.

- No, Silvia, estás confundida. - él suspiró y luego continuó hablando. - En segunda, está mal que me estés diciendo esto mientras estás bajo los efectos del alcohol.

- No estoy tan ebria como te gustaría creer.

- Pero tampoco estás tan sobria como me gustaría que estuvieras.

- Y sin embargo no me sueltas.

- No te suelto porque el problema no soy yo. Yo estoy completamente seguro, y plenamente consciente, de por qué estoy aquí todavía, pero tú... El alcohol te hace hacer cosas que en realidad no quieres hacer, ya lo viviste una vez.

- ¿Algo más que, según tú, esté mal?

- Sí. En tercera, es sumamente incorrecto que estemos encerrados en tu habitación, en la cama, por la noche, con la luz apagada y la puerta cerrada.

- Ni que fuéramos unos niños.

- No lo somos. Pero, precisamente, se supone que somos adultos, que somos personas maduras, y que debemos estar conscientes de lo que hacemos. Y, estando aquí, parecemos unos adolescentes, escondiéndonos y diciéndonos tonterías sobre el amor.

- No son tonterías. Cuando logras saber lo que piensa una persona sobre el amor, estás a nada de conocerla por completo.

- Ya. Igual no es correcto que estemos aquí. ¿Te imaginas lo que pasaría si de repente se le ocurriera entrar a tu padre?

En tu miradaWhere stories live. Discover now