- Sr. Jackson vengo a cambiarle el suero. ¿Y usted que hace aquí?, ¿viene por lo mismo? -preguntó la enfermera dirigiéndose a mi, confundida al verme con delantal blanco.

- Sí, yo llamé a la enfermera porque el suero se estaba acabando. -dijo Michael.

- Que curioso, el timbre no sonó.

- Yo iba pasando y el paciente me llamó. -dije.

- ¿y de que sección eres?, no te había visto por aquí. -señaló la enfermera.

- Ah si, soy de pediatría pero estoy por unos días. Me transfirieron de reemplazo.

- Muy bien, ya que estás aquí hazlo tú. Yo tengo que atender urgente un paciente arriba.

La enfermera salió dejándome encargada del paciente Jackson. Sólo esperaba que no hubiera sospechado algo. De todas formas fue un momento que nos ayudó a cortar con el imparable llanto que nos invadía.

- ¿Hiciste todo eso por mí?... -preguntó Mike.

- bueno, era la única forma de poder entrar porque no estamos en horario de visitas. Y necesitaba saber cómo estabas.

Sólo sonreí y él acarició mi rostro con una expresión de paz en la mirada.

- bueno, pero ahora voy a tener que buscar a una verdadera enfermera para poder poner esta cosa... espera un poco.

Salí de la habitación y encontré a una joven que al parecer era estudiante de enfermería, le dije que me ayudara y ella me reconoció. "oh por dios, ¿pero tu no eres la novia de Michael Jackson?"

- Para nada, me estás confundiendo -le respondí-, necesito que me ayudes con esto, no pueden verme aquí.

- Claro como no, ¡encantada! Yo soy completa discreción, además si es para conocer a Michael, feliz lo hago.

-Que bien -le dije- Pero por favor no le cuentes a nadie.

Volvimos a la habitación de Michael y una vez hecho esto, nos despedimos.

- bueno, ahora sí tengo que irme Mike.

- ¿tan pronto?, por favor quédate un poco más.

- Es que me van a descubrir y me van a echar, y si viene la prensa será peor...

- no importa, ya no me importa nada de eso.

- Michael...

- Bueno, pero vuelve pronto

- volveré, te lo aseguro.

Me acerqué para darle un beso de despedida, pero Michael me detuvo diciendo: "amor, vuelve a mi casa, ¿quieres? Ya no soporto estar sin tí"

- ¿estás seguro de que quieres que regrese?

- Muy seguro. No quiero perderte otra vez, quiero que volvamos a estar tan bien como antes. Quiero estar contigo y no me importa cuan difícil sea, ahora estoy muy seguro. -una pausa se interpuso entre sus palabras mientras pensaba qué decisión tomar. - ¿qué dices? -Apenas nos habíamos reconciliado hace unos minutos y no sabía si ir tan rápido iba a ser bueno. Aún no me sentía segura de nada, solamente de que lo amaba más que antes.

- Michael, es verdad que tengo miedo. No estoy segura de que sea la mejor decisión, pero... estoy segura de que quiero estar contigo. -Una enorme sonrisa esbozó de tan sólo imaginar que viviríamos juntos una vez más.

- Julie, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Quisiera salir de este hospital ahora mismo y marcharme contigo, lejos.

- Bueno pero ahora tienes que ponerte bien. Si no te cuidas no podremos estar juntos pronto. Además tengo que arreglar unas cosas en mi casa antes de marcharme. No sé cómo van a tomárselo, últimamente se han puesto más sobreprotectores que nunca con todo lo que ha pasado.

- Tienes suerte de tener una familia así, ¿pero quieres irte conmigo de verdad?, no quiero que te sientas obligada.

- ¿obligada?, he rezado Michael, he rezado cada noche por volver a estar juntos tu y yo.

Con un tierno beso y muchos "te amo" nos despedimos. Subí al auto y conduje hasta mi casa, todo el tiempo iba pensando en nuestro reencuentro.

Llegué con una sonrisa de oreja a oreja y cuando entré lo primero que pensé fue en llamar a Bantú. Vino corriendo hacia mí y lo abracé muy fuerte.

- ¡hola pequeño!, pronto nos iremos juntos donde tu papi. -dije. De pronto mi madre me vió sorprendida.

- hija, ¿qué haces con ese delantal?

- es una larga historia...

- Por tu cara de felicidad puedo adivinar. Lo viste, ¿verdad?

- Sí mamá, hoy es el día más feliz de mi vida.

Después de contarle todo a mi madre me fui a dar un baño, relajarme un poco. Al fin tenía ganas de preocuparme por mí misma. Salí de compras con ella, pasamos una tarde increíble. Algunas personas me reconocían, y me preguntaban si el colapso nervioso de Michael tenía que ver conmigo. Pero me daba lo mismo. Asumo que así será.

Al siguiente día volví a ver a Mike, esta vez en horario de visita. Me encontré con su madre y fue muy agradable conocerla. Ella era muy dulce y me dijo que ya estaba enterada de toda nuestra historia. Michael y ella se habían puesto al día y habían conversado mucho.

- Michael hoy está mucho mejor. De buen ánimo. -dijo Katherine.

- Así se ve, que bien.

- Si, ya quiero volver a casa.

- Julie, por favor ayúdame a tranquilizarlo, ¡ha estado toda la mañana con que quiere levantarse y marcharse de aquí!

- jaja, bueno esa es una gran señal. Pero si usted no puede con él, créame que yo menos.

- Te equivocas, yo creo que contigo él está mejorando mucho. Esta mañana extrañamente amaneció mucho más recuperado ¿verdad hijo?

De pronto llegó un guardaespaldas y entró muy sobresaltado diciendo "Sr. Los periodistas están aquí. Dicen que vieron a la señorita Julie entrar al hospital. Están causando un desastre allá afuera"

- Genial. ¿Y ahora qué?

- Esta vez sabrán toda la verdad. No tenemos nada que esconder. -dijo Michael.

Luego de algunas conversaciones con los médicos, permitieron que Mike siguiera con el tratamiento desde su casa y regresó esa misma tarde. Al siguiente día me mudé nuevamente a Neverland. Me despedí de mi familia y les expliqué todo. Los invité pronto a una comida que Michael organizaría en Neverland apenas estuviera más recuperado, para compartir con ellos. Se tomaron bien la noticia, entendieron que estar con Mike era lo mejor para mí. Y para ellos también, así podrían estar más tranquilos.

No podía esperar a estar de nuevo con mi Michael, juntos otra vez.

"Speechless" - TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora