— ¿Cómo pueden los niños leer esto? — Pasé algunas páginas sin mucho interés, sólo miraba los deformes dibujos.

— Precisamente por eso. — Lo miré. — Porque son para niños, idiota. — Se rio en mi cara y rodé los ojos.

— Me habría gustado leer esto de pequeño. Al menos para reírme.

— ¿Es qué nunca has leído un cuento infantil?

— No. — Su sonrisa se borró posando los ojos en el libro infantil. — Mira este se parece a ti. — Le señalé a un bicho deforme completamente rosa.

— Pero, ¿qué dices? Es horrible. — Me reiría a carcajadas en su cara pero me aguanté por no llamar la atención. — A ver. — Me arrebató el libro y lo ojeó rápido, buscando algo en cada una de sus hojas.

"Seguro está buscando algún dibujo horrible como venganza"

"¿Y éste es más mayor que yo?"

— Aquí. — Me dio un leve codazo y miré hacia el objeto entre sus manos. — Éste se parece a ti. — Había señalado a un árbol gigante con cara.

— ¿Un árbol? — Enarqué una ceja, decepcionado ante su "maldad". — Por favor, princesa... — Me acerqué a él, rozando nuestros hombros mientras pasaba un par de páginas y encontraba un dibujo aún peor que el que me mostró. — Éste habría estado bien.

— ¿El patito feo? — Asentí. — ¿Por qué?

— Porque es negro. — Respondí asombrándome de mi auto insulto.

— Ser negro no es algo malo.

— Bien pues... — Me quedé pensando, mirando al pato. — Es feo.

— ¿Qué? ¿Te estás diciendo feo? — Preguntó divertido y yo sólo me encogí de hombros. — Tú no eres feo créeme. — Vi como hacia un gesto exagerado al decir aquellas palabras y no pude entender su significado.

— ¿A qué te refieres? — Me miró fijamente, pensando si lo decía de broma o no, pero al ver que no decía nada decidió hablar.

— Pues a que no eres feo, Namjoon. — Puso sus ojos en blanco, como si su respuesta fuera obvia. — Eres realmente guapo.

Algunos segundos fue lo que necesitó para darse cuenta de lo que había dicho y al percatarse abrió sus ojos de par en par y evitó mirarme, volviendo casi toda su cabeza al lado contrario. A mí me pareció divertido y para hacerlo más aún le seguí el juego. Choqué mi hombro con el suyo varias veces, intentando que me mirara, pero no lo hizo, así que tuve que inclinarme para ver su cara pero al hacerlo se tapó con sus manos, privándome de su rostro.

"No se puede ser más evidente"

Reí interiormente y me puse de rodillas frente a él. Cogí sus manos e intenté apartarlas mientras escucha sus quejas, que más que quejas parecían los soniditos de una ardilla. Después de unos cuantos intentos las aparté viendo por fin su rostro, tan colorado como me lo había imaginado, o quizás más.

No pude evitar reírme algo fuerte pero corté mi risa en cuanto escuché el siseo de la princesa.

— ¿Ya te divertiste?, pues suéltame. — Sus morritos y ceño fruncido sólo provocaban más risa en mí, pero de nuevo tuve que contenerla.

— No, aún no. — Sonreí de lado y sus labios dejaron de hacer morros, abriéndolos un poco ahora.

— No tiene gracia, Nam.

— ¿Cuándo fue que empezaste a llamarme así? — Le pregunté con sus manos aún apresadas en las mías.

— No lo sé... ¿te molesta? — Negué. — Que raro. Todo te molesta y más si viene de mí.

Tomorrow [JiKook] [BTS]Where stories live. Discover now