Capítulo Especial 3

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Seis años después.

Absolutamente todo había cambiado. Mi padre ya no era el que fue, estaba irreconocible, es más, muchas veces llegué a pensar que me lo cambiaron por otro. Dejó de ser profesor para ser ahora director, su sueño se había cumplido pero sus ánimos escondidos bajo una máscara que yo no me tragaba, seguían iguales que hace 8 años.

Me enteré de que mi hermano empezó a salir con un chico hace unos 3 años, sí un chico, no tenía ni la menor idea de que fuera gay. Creí que eso iba a ser un problema con mi padre, pero para mi sorpresa lo aceptó sin protestar. Ese era una de sus nuevos rasgos personales, pasar de todo.

Su actitud hacia mí cambió muchísimo, pasé de ser su "príncipe" a un completo desconocido. Ya no me hablaba, ni preguntaba y mucho menos me tenía en cuenta en sus decisiones. Ahora el lugar que yo ocupaba en un pasado, lo tenía mi hermano. Todo se lo daba, lo que consiguió que sacara una personalidad demasiado egocéntrica.

— Hoy te quiero en tu cuarto, ¿me oyes? — Me advirtió mi hermano que tapaba el auricular del teléfono con una mano.

Repliqué en voz baja, caminando hasta mi cuarto. De nuevo iba a estar de manoseos con su novio. Esto era algo que se repetía casi todos los fines de semanas.

Ese mismo día escuché la primera pelea que tuvieron, gritaban como locos, ya ni sabía que voces eran de cada uno. Salí de mi cuarto preocupado, pero tan pronto llegué a la sala quise no haber salido. Mi hermano le había abofeteado la cara tan fuerte que un sonido agudo inundó la sala, consumida ahora por un absoluto silencio.

Sin más el chico llamado TaeMin se fue, con su rostro a punto de estallar en lágrimas y sin quitar su mano de la mejilla que se había vuelto roja.

— ¿S-SooHyun?

— ¡¿No te dije que no salieras?! — Me gritó caminando en mi dirección y pensé que también me pegaría. Corrí hasta la habitación y cerré la puerta.

Esa fue la última vez que vi a TaeMin. Lo conocí poco, ya que mi hermano no me dejaba estar cerca suyo, pero cuando tuve la oportunidad pude saber que era un buen chico y bastante cariñoso. Me daba más mimos él que mi propio hermano.


Cuatro años más tarde.

Estudiaba en la misma escuela que mi padre tenía. Por fin había conseguido que fuera completamente suya, incluso metió a mi hermano como profesor después de que terminara sus estudios.

La relación de los tres seguía igual, no cambió nada, bueno sí, que ahora mi padre no tenía el menor escrúpulo para pedirme miles de cosas y yo que era un idiota nunca me negaba, muy dentro de mí aún sentía la esperanza de que el padre que tenía como ejemplo a seguir permanecía ahí, oculto.

Como era costumbre, me llamó a su despacho.

— ¿Qué querías?

— Tengo que pedirte algo. — Cogió un papel de su mesa y me lo mostró. — Él es el hijo del señor Kim.

— ¿El señor Kim? — Conocía a muchos con ese apellido como recordar uno en particular.

— Sí, el que invirtió en la escuela, ¿ya no lo recuerdas?

— Sí, sí. — Contesté mientras ojeaba el papel. — Pero, esto es una solicitud de ingreso. — Asintió. — Y además no es reciente, lleva ya estudiando aquí un tiempo.

— Exacto, es un alumno nuestro e hijo del señor Kim.

— ¿Y qué tengo que ver yo en todo esto? — Dejé el papel en la mesa.

— Su padre me ha pedido un favor. — Se llevó las manos a los bolsillos del pantalón y prosiguió. — Se va al extranjero, ya sabes por negocios, y como favor me ha pedido que vigile a su hijo.

— ¿No es muy mayor ya? — De nuevo cogí el papel y miré su fecha de nacimiento. — Tiene 18 años.

— Su familia tiene demasiada reputación que mantener y además, — Me arrebató el papel. — hay algo más que luego te contaré con detalles. Por ahora quiero que te pegues al chico como si fueras su sombra.

— Estás de broma, ¿no?

— No, quiero que lo vigiles y estés pendiente de cada cosa que haga y si ves que hace algo inapropiado lo detienes, o me llamas.

Nada bueno salió de ese despacho, pelea tras pelea, discutiendo el porqué debía de meterme en la vida de una persona que ni conocía. Pero una vez más terminé por ceder ante sus peticiones. Al menos sabía que el chico sabría de todo esto, no tenía que andar ingeniándomelas para acercarme.

Busqué al chico una vez salí, tuve que ir hasta el otro sector, preguntando el número de habitación que tenía. Llamé un par de veces y un chico con el cabello de color rubio me abrió.

— ¿Eres Kim NamJoon?

— Ajá. — Contestó desganado.

— Soy Kim Seok...

— No me importa como te llames, entra. — Agarró mi manga y tiró de ella. — Hagamos esto rápido. Vendrás a cada lugar que yo vaya, pero te exijo que te mantengas mínimo a tres metros de distancia.

— ¿Qué? — ¿Pero y éste de que iba?, ¿qué formas eran esas de hablar a alguien mayor que él? — Ahora escúchame tú. Primero, ¿cómo se te ocurre reaccionar así? ¿y si no llegaba a ser quién tú creías?

— Lo sabía.

— ¿Ah, sí?

— Sí, por tu cara de estirado.

— Mi... — Suspiré calmando mis nervios. — Segundo, — Continué, ignorando su comentario. — no soy una marioneta para que me pongas donde a ti te plazca, estaré a la distancia que a mí me dé la gana, ¿te queda claro? — No dijo nada, sólo puso una mueca de burla. — Tercero, tenme más respeto, soy dos años mayor que tú.

Gruñó como un perro a punto de saltar al cuello. — ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí?

— Eso mismo me pregunto yo. — Crucé mis brazos, indignado tanto por la desición de mi padre, como por la actitud del rubio.

Así fue como conocí a Kim NamJoon y me convertí en su sombra. Me presentó a sus amigos, nada comparado con él, todos tan simpáticos como divertidos. Rápidamente me integré en el grupo aunque eso a NamJoon no le agradó mucho. Poco me importó.


En la actualidad.

El rubio que pasó a ser ahora pelirrosa, por algo que YoonGi también tuvo que ver y que por eso él también pasó a tenerlo de un color tan absurdo como ese, seguía viéndome de igual manera o quizás hasta peor, ya que lo tenía hasta las pelotas. No era mi culpa, yo sólo cumplía, es más, si decidiera no aguantarme tendría que irse a Estados Unidos con su familia.

Por mi parte llegué a cogerle algo de cariño, era normal, supongo... Estar tan cerca de una persona por todo un año, algo de cariño se le cogía, aunque me tratara como una mierda. Seguíamos teniendo las mismas peleas de siempre, pero ya no eran tan fuertes como antes, ahora lo tomábamos como una costumbre.

Pelea, reproches y continuábamos con nuestras vidas.

Llegaba a ser angustioso, pero así éramos y dudaba que cambiara, más que nada por que ya intenté varios acercamientos para mejorar la relación.

Un día me graduaré, dejaré esta escuela y no lo volveré a ver más.

"Total, es lo que siempre quise... ¿no?"

Tomorrow [JiKook] [BTS]Where stories live. Discover now