A Alice le había vuelto loca la idea, estaba tan emocionada como yo, desde que se lo había dicho no había parado de hablar sobre ello, alegando que sería mi guía turística, que me mostraría donde vivía y me presentaría a un chico que había conocido hace un año. Anhelaba ver a mi amiga y compañera de locuras más que a nada, la extrañaba muchísimo, y el hecho de por fin verla, hacia crecer más la ansiedad por llegar a Londres cuando antes.

El sonido de la bocina del taxi me hizo apresurarme aún más, cuando Zayn y yo salimos, mamá trancó la puerta y verificó que todo estuviera en orden. Fue un total alivio que los vecinos se ofrecieran a cuidar a los perros. Cuando nos distribuimos en los taxis, rápidamente estos se adentraron en los suburbios de las calles hasta el aeropuerto. Ethan había sido el único sin poder ir, puesto a que estaba de campamento con sus tíos y su primo John.

-Estas emocionada- susurró en mi oído, aquella inconfundible voz.

-Totalmente- le sonreí demostrándole lo feliz que estaba.

-Yo también estoy emocionada, imagina lo celosas que estarán mis amigas cuando vean las fotos- dijo Mad con emoción en su voz.

Katie rió desde el asiento del copiloto.

-Siempre he creído que Mad y tú son hermanas perdidas- bromeé.

-Yo opino lo mismo- dijo Katie sonriendo orgullosa.

Zayn pasó su brazo por el hombro de Mad, quien estaba sentada junto a la otra ventana y ella recargó su cabeza contra su hombro. Era fantástico lo bien que se lo llevaban los dos, al igual que con Amelie, Zayn tenía razón, los niños lo adoraban.

Para cuando llegamos al aeropuerto, éramos todo un desastre: Zayn llevaba nuestras maletas y su boleto entre sus labios, yo corría de la mano de Mad, mientras Katie trataba de seguirnos el paso con las trenzas de sus tenis sueltas, nos encontrábamos con nuestro padre, Derek y Amalie de camino quienes se unieron en nuestra carrera, parecíamos una pequeña estampida humana, era como una digna escena de una película de comedia. Solo pudimos respirar aliviados cuando por fin estuvimos dentro del avión.

-¿Por qué no intentas dormir un poco?- le pregunté acariciando su cabello-, luces cansado.

Zayn me dedicó una pequeña miradita, luego se recargó en mi hombro.

-Tu también deberías.- Negué mirando por la ventana del avión-. Estoy bien.

Contemplé el paisaje difuso y las nubes cercanas. Tanteé hasta entrelazar mis dedos con los de Zayn; mientras dormía repase cada facción de su cara, cada lunar, sus pestañas, labios... Dios, si existiera algo que se acercase a la perfección posiblemente él estaría en la lista. Sonreí acariciando su mejilla. Le amaba, vaya que lo hacía.

Cuando tuvimos la maletas, todos caminamos en fila, busqué desesperadamente a mi amiga por todas partes hasta que pude ver una cabellera oscura dando pequeños saltos luchando para hacerse notar entre tanta gente. Dejé escapar un grito ahogado y corrí hacia ella en el momento justo en que me vio. Ambas esquivamos a todas las personas que teníamos de por medio hasta que estuvimos juntan, el abrazo fue tan efusivo ambas acabamos en el suelo riendo.

-Santo Dios, te he extraño tanto- exclamó Alice sin soltarme.

Quería llorar, gritar y saltar de la emoción.

-Me alegra tanto verte al fin- dije con lágrimas en los ojos-. Te cortaste el cabello.

Ella me miró detenidamente y exclamó algo que no alcancé a escuchar.

-¡Tú también lo has hecho!- dijo soltando un alarido-. Parecemos gemelas.

Ambas reímos, extrañaba estos momentos, sus momentos de locura infinita que la hacían única. Extrañaba todo de lo que se trataba Alice Winker.

Someday Mine |ZM| En Edición.Where stories live. Discover now