Me puse mi ropa del día anterior, ya que no tenía otra. Y salí de la habitación. Matt me estaba esperando sentado. En cuanto me vio se levantó y me ofreció la mano para que yo se la cogiera. Y así hice, le cogí la mano y juntos salimos del hospital.

El viaje en coche fue en silencio. Pero no era un silencio incómodo, íbamos escuchando la radio y disfrutando de las canciones que iban saliendo. Hasta algún villancico pude escuchar. Matt de vez en cuando me miraba y me sonreía. Yo le correspondía a su sonrisa dándole a entender que todo estaba bien.

Llegamos a casa por fin. Le expliqué a Matt que quería ducharme y luego preparar algo de cenar. Él me dijo que llamaría a su madre para decirle que íbamos a ir y que no se preocupara por mí que estaba bien. Asique deje a Matt en el salón y yo subí a ducharme.

El agua caliente era curativa. Necesitaba esa ducha después del frio que había pasado. Notaba las gotas de agua deslizarse por mi piel y era una sensación maravillosa. Se sentía muy bien. Estuve al menos veinte minutos duchándome, estaba tan relajada que no quería salir. Pero si seguía ahí me saldrían escamas. Además tenía muchas cosas que preparar y hacer. Así que no podía perder más tiempo.

Me sequé el pelo y me hice unos tirabuzones. Después me maquillé ligeramente, si me maquillaba ya, tendría el trabajo hecho para después, aunque antes de salir tuviera que retocarme.

Fui a mi cuarto y elegí la ropa que me iba a poner. Me pondría un vestido dorado con la espalda al aire, lo acompañaría con una chaqueta negra y unos tacones del mismo color. Las medias las llevaría de color carne. Quería llevar también un collar negro ancho y pendientes del mismo color. Lo deje todo encima de la cama. Con el pijama aún puesto baje a ver a Matt.

Era la hora de escribir las cartas. Tenía que hacerlo. No podía seguir dejándolo. Mis padres necesitaban saber noticias mías.

-Matt, voy a escribirle la carta a mis padres y a mis dos mejores amigas. Necesito folios blancos. ¿Podrías traerme?

-Claro Al, ahora mismo te traigo.- Fue a por ellos y al momento llego con cuatro folios en las manos. –Si necesitas más me lo dices. Si quieres pásate a mi despacho y ahí lo escribes tranquilamente.

-Vale. Me pasare ahí, pero Matt, ¿podrías quedarte conmigo? No quiero hacer esto sola.

El asintió y juntos fuimos a su despacho. Era mi parte favorita de su casa. Tenía una estantería llena de libros. Literatura clásica y más nueva. Poemas. Tenía maravillas de la literatura. Algún día tendría que leerme alguno. En el centro de la habitación tenía una mesa de madera con un ordenador portátil. Me senté en una silla también de madera y me coloque en la mesa. Matt sin embargo se sentó en un pequeño sillón que tenía al lado de la estantería y cogió un libro.

-Tomate el tiempo que quieras Alison.

-Gracias Matt, eres el mejor.- Le dije dedicándole una sonrisa y acto seguido me puse a escribir.

Queridos mamá y papá.

No sé muy bien por dónde empezar. Lo primero quiero que sepáis que estoy bien. No os voy a decir ni donde estoy ni con quien. Pero necesito que respetéis mi decisión de irme de casa, sí, me he ido de casa por mi propia cuenta. Necesitaba desconectar, y pensé que irme era la mejor manera de hacerlo.

Quería deciros a ambos. Que os quiero. Que aunque estas navidades no estemos juntos. Yo estoy acordándome mucho de los dos.

Mamá, siempre has sido mi mayor apoyo. Has estado conmigo en cada momento. En todas las malas rachas que he podido tener, tú, me has acompañado.

Cuidado con lo que eliges.Where stories live. Discover now