CAPÍTULO 45(Parte 1)

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Únicamente sentía los manos del chico acariciando mi rostro y parte del cabello lograron expandir una fresca burbuja de embotonamiento que me hizo olvidarme completamente de que nos encontrábamos en una vía pública.

Jamás había experimentado de forma tan arraigada las emociones que paulatinamente me embriagaron y controlaron. Mis manos se hundieron independientes en el corto cabello del chico donde se perdieron jugando con las delgadas hebras; a su vez la mano del chico que había bajado a mi cintura me empujó más contra él, provocando que el skate se cayera al suelo y rodase lejos.

El grito que me pareció escuchar pudo ser de una viejecita sorprendida por la tabla.

No puedo decir cuánto tiempo continuamos así, ya que cada vez que mis pulmones me exigían respirar me apartaba apenas unos centímetros que después de cada aliento eran nuevamente acortados por el chico.

Podría haber continuado perfectamente así toda la vida de no ser por el airado agente de policía que nos interrumpió.

—Corre, princesa —me murmuró el chico antes de que la reprimenda legal pudiese recaer sobre nosotros.

En la aborigen de sucesos en las que me encontraba sumida obedecí a la orden y entre jadeos y risas tropecé detrás del chico.

Narra Marc.

La realidad era que el repentino impulso de adelantar la cita con la chica y dejarlo todo a merced de la improvisación había sido...

¡Unas de las mejores ideas que se me habían ocurrido jamás en toda mi puta vida!

No quiero pecar de egolatría pero aquello no marchaba mal. Al fin y al cabo en nuestra familia improvisar era nuestra forma de hacer planes. Y no es broma, mi madre salió con su mejor amigo de improvisto, de hecho, salían, pero nunca uno se lo pido al otro de forma hablada.

Raro, pero bueno. Al punto.

Contemplé como Mackenzie terminaba de recuperarse de la carrera y enarcó las cejas con una sonrisa. Me encogí inocentemente de hombros.

—Preparada para lo siguiente, princesa.

Ella se encogió de hombros mientras ladeaba la cabeza examinándome.

—Mientras no transgredamos más reglas...

Tiré de Mack y susurré sobre sus labios:

—No puedo prometerte nada.

Mackenzie me apartó de un empujón que no pude interpretar ni por asomo como hostil y me mostró los dientes en una franca sonrisa.

—Eres un delincuente, Marc.

—Es otra de las cosas que te encantan de mí, ¡vamos anda!

Sin permitirla ninguna queja más me hice de nuevo con su peso y con ella literalmente a cuestas comencé a correr. Mackenzie me asió con fuerza del cuello y sus labios quedaron accidentalmente en mi cuello mandándome un escalofrío cada vez que hacían contacto allí.

Joder Marc control.

¿No quieres sonar como nena enamorada?

Detuve la marcha en el cruce que definiría de ahora en adelante nuestra cita. Realmente no tenía ninguna idea concreta de lo que se encontraba por ninguno de los dos caminos. Lo que lo hacía doblemente excitante.

—¿Derecha o izquierda?

La cabeza rubia de la chica se asomó por encima de mi hombro y contempló críticamente ambos caminos.

—¿Da igual? —Murmuró paseando la vista por uno y otro.

Asentí afirmativamente y la chica extendió un brazo, obligándola a sujetarse con más fuerza con el otro en mi cuello (si no la conociese creería que intentaba ahogarme), designando la ruta de la izquierda.

—Mi madre era zurda, Jace también lo es, por lo que... ¡arre caballito!

—Que no se te suba la corona a la cabeza.

A pesar de todo comencé a caminar por la ruta seleccionada cargando con la chica. Apenas habíamos avanzado cincuenta metros cuando exigió categóricamente que la bajase.

—No quiero cansarte —Dijo cruzándose de brazos cuando accedí a dejarla de nuevo en el suelo — Puede que seas fuerte y yo no pueda alardear de altura, pero prefiero caminar.

—Tus deseos son órdenes para ti.

Mackenzie sonrió y me golpeó la nariz poniéndose de puntillas.

—Bien Siles, haz de esto algo memorable.

—Oh vamos por favor, ¿lo olvidas? Soy Spiderman.



Hola, hola caracolas... ¡este es el penúltimo capítulo oficial de la historia! Sí, es triste... pero ¡mirando el lado positivo aún queda uno más! ¿No? Prim, siendo positiva desde siempre aunque llore por dentro porque mañana tiene examen de matemáticas (ahora, es cuando me animáis para que suba la segunda parte del capítulo más rápido)

A ver, antes que nada, habrá un par de capítulos extras después del final oficial. ¿Por qué? Pues porque Mateo e Irene tienen que hacerse ver por última vez, ¡no hay que olvidarse de ellos! Por lo que sumad al menos dos más para no romper a llorar (ajá, exagero, ¿quién lloraría por mis historias?)

Por cierto, el concurso para que ¡Aparta Imbécil! Tenga trailer sigue abierto... ¿nadie más se anima? La canción es libre y lo dejo a manos de la potestad creativa del autor. 

Y... ¡au revoir! ¡Os amodoro! 

 

¡Aparta, imbécil!Where stories live. Discover now