Capítulo 39

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Finalmente, después de tanto esperar, llegó la noche del baile escolar. Emma se duchó y se vistió con su vestido nuevo. Se perfumó y dejo que Mary Margaret la peine. Emma quería usar su cabello suelto, pero a la vez quería que no le moleste, así que su madre le hizo una pequeña trenza hacia uno de los costados de su cara. La trenza hacía que sus cabellos no le molestaran sobre su cara, pero permitía que el resto de sus bucles caigan libremente sobre su espalda.

- ¿Y? ¿Qué piensan? – Preguntó Emma a sus padres.

- Estás tan hermosa. – Respondió Mary Margaret con una sonrisa.

- Lo que tu madre dijo. – Asistió David mirándola maravillado.

Mary Margaret tenía a Leo en sus brazos, pero lo colocó en una de las sillas del comedor para poder agarrar la cámara de fotos que había dejado preparada en la mesa. Emma se sobresaltó al sentir el flash de la cámara, haciéndole molestar sus ojos de la sorpresa. Su madre le estaba sacando fotos para guardar ese recuerdo de ella, para recordar ese momento. Ese pequeño gesto se sentía tan especial e intimo, que la hizo poner más nerviosa de lo que ya estaba.

- ¿Seguro? – Preguntó insegura. - Estoy nerviosa, nunca fui a un baile escolar. – Confesó mordiéndose el labio.

- Tranquila, la vas a pasar muy bien. – Aseguró Mary Margaret. – Tus buenos amigos y Killian van a estar con vos. – Le recordó para tranquiliza.

- Si, cierto. – Asistió Emma.

- Hija. – La llamó David para captar su atención.

- ¿Si? – Preguntó Emma mirando a su padre.

- Quiero aprovechar la ocasión para decirte que estamos agradecidos y orgullosos de tener una hija como vos. – Dijo David emocionado.

- Papá me estás haciendo llorar. – Le reprochó Emma agarrándole las manos.

- Lo siento. – Se disculpó dándole un beso en la frente.

- Te amo papá. – Dijo Emma abrazándolo. – Los amo. – Dijo mirando a su madre quien los miraba emocionada a los dos.

- Nosotros también te amamos cariño. – Dijo Mary Margaret con la voz llena de ternura.

Emma disfrutó de lo bien que se sentía ser parte de una familia, de tener padres que la amen. Su madre estuvo apunto de unirse al abrazo, cuando el timbre sonó interrumpiendo el momento. Emma salió de los brazos de su padre, se secó las lágrimas y dio un largo suspiro para tranquilizarse. Luego fue hacia la puerta para recibir a Killian. Cuando abrió la puerta quedo fascinada al verlo, su novio era realmente hermoso. Estaba vistiendo un pantalón negro, una campera de cuero negra, y una camisa del mismo azul que sus ojos.

- Estás radiante amor. – La halagó él mirándola intensamente.

- Vos estás... - Dijo ella sin poder formular nada coherente ante las sensaciones que él generaba en ella.

- Lo sé. – Terminó él por ella, haciéndola reír.

Killian le dio una rosa roja y ella sonrió ante el pequeño gesto de amor. Mary Margaret insistió en sacarles varias fotos, a las cuales no pudieron negarse y David le advirtió que se comportara durante la noche dándole ese típico discurso de padre protector. Una vez que se despidieron de los padres de ella, se subieron a la camioneta de él y fueron hacia el colegio.

Al ser esa su primera experiencia en presenciar un baile escolar, prestó atención a cada mínimo detalle. La escuela estaba decorada con luces de colores y globos. Emma disfrutó de que Killian la lleve de la mano a todos lados y que la foto para el anuario escolar se la hayan tomado juntos. En la pista de baile se encontraron con sus amigos y pasaron la noche bailando, riendo y charlando. Emma no encontraba una gran diferencia con otros bailes o fiestas a los que había concurrido, solo el hecho de que era en el colegio. En un momento de la noche, la banda de Killian tocó un par de temas y una de las canciones fue dedicada a ella. Emma pudo sentir como todos sus alrededores desaparecían mientras escuchaba esa canción que su novio le había dedicado. Cuando él cantaba, ella se perdía como en otra dimensión, pudiendo solo escuchar, ver y prestar atención a él.

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