Capítulo 10

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Advertencia: el capitulo puede contener referencias a la auto mutilación.

En las siguientes semanas Emma se acomodó a su rutina. Por las mañanas iba al colegio, donde pasaba la mayor parte del rato con sus amigos skaters. A veces también se les unían sus amigas. Por las tardes se la pasaba leyendo junto al arroyo (algunas veces sola y algunas veces con Killian) o en el hospital visitando a Henry. Las tardes que no iba a leer, las pasaba en su casa ayudando a sus padres en la huerta, o dando de comer a los caballos o a las ovejas.

Emma fue a su casillero a guardar un par de libros. Recién salía de la clase de ciencias. El profesor Whale les había informado sobre un trabajo práctico que tenían que hacer y les informó sobre como había armado las parejas de equipos. A ella le había tocado con Killian y se preguntó si sería casualidad o cosa del destino. Ella quería hacer todo lo posible por evitarlo y no pensar en él, más después de que sus compañeras le habían dicho que pensaban que ella gustaba de él. ¿Por qué ellas habían pensado eso? Emma no gustaba de Killian, ni era del tipo de personas que hacía lo de noviazgos o tener relaciones. Pero ahora no podía seguir con su plan de evitarlo, no podía hacerlo ya que tenían que hacer el trabajo juntos.

- Hola pareja de equipo. – La saludó él parándose al lado del casillero de ella.

- Hola. – Devolvió ella el saludo, terminando de guardar sus libros.

- ¿Qué te parece si mañana después del colegio nos juntamos para decidir sobre que tema vamos a hacer nuestro trabajo? – Propuso él.

- Me parece bien. – Asistió ella cerrando su casillero.

- ¿Tu casa o la mía? – Preguntó dándole a elegir.

- La mía no por favor. – Pidió ella, después de que había tenido esa pequeña escena de colapso frente a sus padres había estado haciendo todo lo posible por evitarlos.

- De acuerdo, entonces vamos a mi casa. – Aceptó él.

- Genial. – Dijo ella a modo de agradecimiento.

Killian se despidió ya que tenía entrenamiento de fútbol, se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. Realmente ese chico tenía que aprender a no invadir el espacio personal de las personas de esa manera. Emma se apoyó contra uno de los casilleros y dio unos cuantos suspiros mientras lo observaba desaparecer de su vista. De acuerdo, tal vez sus compañeras habían estado en lo cierto y a ella le gustaba Killian. Pero el hecho de que le gustaba, no significaba que iba a dejar que pase algo entre ellos, ella no se podía permitirse eso. Agarró su morral y estuvo a punto de hacerse camino hacia su próxima clase, cuando Milah la agarró de los brazos y la empujó contra los casilleros.

- ¿Qué haces loca? – Preguntó Emma intentando liberarse del agarre de la otra.

- Te vimos recién hablando con Killian. – Dijo Milah agarrándola más fuerte para que no se suelte y señalando con su cabeza a sus amigas Zelena y Regina que estaban a su costado acompañándola. - ¿Qué crees qué estas haciendo con él? – Preguntó con bronca.

- Nada... - Comenzó a decir Emma.

- ¡Ya intentaste arruinar lo mío con Daniel! ¡¿No fue suficiente con eso que ya tenes que estar detrás de Killian?! – Exclamó Regina interrumpiéndola.

- Yo no quise arruinar lo tuyo con Daniel, ni quiero nada con Killian. – Protestó Emma.

- Más te vale, porque Killian es mío. – Advirtió Milah.

- Ahí es donde te equivocas, Killian no es tuyo, ni tampoco mío. Las personas no somos propiedades que puedan poseerse. Él es una persona libre y con quien elija estar es su problema. – Dijo Emma con calma, expresando lo que pensaba.

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