Capítulo 21

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Emma fue al hospital con una sonrisa en la cara. Estaba feliz de saber que iba a poder cumplir el deseo de Henry y esperaba que pueda disfrutar todo lo que iban a hacer esa tarde. Primero se dirigió a Mulán y terminaron de arreglar un par de asuntos, luego fue a la habitación de Henry a sorprenderlo.

- Hola peque. – Saludó ella entrando a la habitación.

- Hola Emma. – Devolvió él el saludo.

- ¿Cómo estas? – Preguntó ella dejando un beso en su cabeza.

- Aburrido. – Respondió él con sinceridad, solía responder eso siempre que le preguntaba.

- Bien, porque tengo una idea que estoy segura te va resultar divertida. – Dijo ella haciéndose la misteriosa.

- ¿Qué? – Preguntó él con curiosidad.

- Cumplir tu deseo. – Respondió ella sacando una camiseta del equipo de fútbol del colegio y entregándosela.

- ¿Vas a cumplir mi deseo? – Preguntó él asombrado agarrando la camiseta con gran respeto, como si fuera algo muy importante y valioso.

- Mi plan es ir a Granny's a merendar y después ir a ver al partido de fútbol. – Informó ella su idea. - ¿Qué decís? ¿Me haces el honor de acompañarme? – Preguntó sintiendo gran felicidad al ver el entusiasmo y la conmoción del niño.

- Si, claro que si. – Dijo con una gran sonrisa. - ¿Así que hinchamos por Killian? – Preguntó observando el número y nombre en la camiseta.

- Bueno, es tu amigo y estoy segura de que le va a gustar que hinches por él. – Explicó ella.

- Perfecto. – Dijo él.

Mulán ayudó a Henry a bañarse y cambiarse. Una vez que Henry estuvo listo Emma lo llevo a Granny's. Merendaron el menú favorito de ambos, queso a la parrilla y chocolate caliente con canela. Henry nunca había probado el chocolate con canela, pero probó de la taza de Emma y le resulto delicioso, así que pidió que agreguen canela a su chocolate también. Cuando terminaron con la merienda se encontraron con Mulán y fueron a la cancha a ver el partido. En la tribuna se unieron a los amigos de Emma. Ella los presentó uno por uno, y vio como Henry los iba reconociendo al recordar lo le había contado sobre cada uno.

El primer tiempo del partido fue parejo, el marcador estaba 1-1. Henry estuvo entusiasmado y enérgico. Cantó todas las canciones junto con August, Graham y Jefferson; saltó y alentó a Killian cada vez que tocó la pelota. En el entre tiempo se sentó en su asiento para intentar recuperar su aliento y descansar después de su gran gasto de energías.

- ¿Estás bien? – Preguntó Emma a Henry.

- Si. – Respondió él demasiado rápido.

- Henry, te conozco, no me mientas. – Advirtió ella.

- Me cuesta un poco respirar, pero no quiero irme del partido por favor. –Admitió él.

- Está bien, no tenemos que irnos. – Intervino Mulán sacando oxígeno de su bolso. – Vine para que estemos preparados por si algo así pasaba. – Le recordó ella al ver la cara de sorpresa en el niño.

- Gracias. – Agradeció Henry colocándose el cable alrededor de su cara y acomodando las salidas en sus fosas nasales para empezar a sentir el oxigeno.

- Si te sentís mal nos avisas. – Pidió Emma.

- Eso haré. – Prometió Henry.

Durante el segundo tiempo Henry se mantuvo más tranquilo, dedicándose nada más a hacer comentarios y algunas explicaciones del juego a Elsa y Ruby. Emma adoraba verlo entre sus amigos y que encaje tan bien, todos parecían adorarlo y eso le llenaba el corazón de alegría. Henry se merecía eso, tener personas que lo quieran y que estén con él. Cuando faltaban cinco minutos para que termine el partido, Killian metió un gol de tiro libre. Henry festejó explotando de felicidad y Killian vino a darle un abrazo como parte de celebración de su gol, el cual obviamente lo dedicó al niño.

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