Capítulo 12

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Cuando el sol empezó a caer sobre el horizonte, decidieron que ya habían avanzado suficiente con el trabajo y continuarían otro día. Emma se cambió con su ropa, que ya estaba seca, y Killian se ofreció a llevarla a su casa. Durante el viaje volvieron a poner la radio y cantaron cada una de las canciones que sonaban. Emma estaba empezando a adorar la voz de Killian, sin dudas podría imaginarlo como un gran cantante.

- Bueno, ya estamos. – Indicó él estacionando la camioneta en la entrada de la casa de ella.

- Gracias por traerme. – Agradeció ella mientras se desabrochaba el cinturón.

- De nada. – Dijo él.

- ¿Crees que es bueno que nos haya tocado hacer el trabajo juntos? – Preguntó ella, insegura si era correcto hacer esa pregunta o no.

- Claro, creo que está tarde pudimos descubrir que hacemos un gran equipo. ¿No te parece? – Dijo él sonriendo amablemente.

- Creo que ya lo habíamos descubierto las tardes que pasamos leyendo junto al arroyo. – Dijo ella devolviéndole la sonrisa tímidamente.

- Eso hicimos. – Coincidió él.

- Adiós Killian. – Lo saludó ella, sorprendiéndolo al dejar un beso en su mejilla.

- Adiós Emma. – Saludo él mirando maravillado como ella se bajaba de la camioneta. – ¡Emma, espera! – La llamó él sacando su cabeza por la ventanilla para que ella pueda escucharlo.

- ¿Qué pasa? – Preguntó ella volviéndose hacia él.

- ¿Te gusta la mezcla del rock, folk, indie? – Preguntó él con algo de curiosidad, aunque ya estaba seguro de la respuesta.

- Me encanta. – Asistió ella.

- El sábado es el "Festival de Oz" en la feria de Neverland, es un festival de música que se hace todos los meses y mi banda va a tocar. – Informó él rascándose detrás de su oreja algo nervioso.

- ¿Tenes una banda? – Preguntó ella asombrada.

- En realidad no tengo, soy parte de una. – Respondió él sacudiendo su cabeza. – Como sea, ¿Te gustaría venir? Creo que podría gustarte nuestro estilo. – Propuso mirándola con algo de ilusión en sus ojos.

- No te prometo nada, pero voy a hacer todo lo posible por ir. – Dijo ella con sinceridad, no sabía si sus padres le darían permiso para ir. – Pero me encantaría escuchar algo de tu música. – Agregó con una gran sonrisa.

- Bien, espero que puedas venir al festival y sino te pasaré nuestras canciones. – Aceptó él aliviado al escuchar que a ella le gustaba la idea de escuchar su música. – Adiós Emma. – Se despidió encendiendo la camioneta.

- Nos vemos en el colegio Killian. – Saludó ella agitando la mano en el aire.

Emma entró a su casa con una sonrisa. Hace tiempo que no tenía un día tan lindo como el que acaba de tener. Las canciones que habían cantado junto a la radio, la guerra de barro, las peleas por el trabajo y finalmente el acuerdo de elegir las estrellas, más la invitación al "Festival de Oz"; cada uno de esos pequeños sucesos habían hecho de ese día algo muy cercano a la perfección. La compañía de Killian tenía mucho que ver en la perfección del día, o mejor dicho en todo. ¿Cómo era posible que una persona sea tan relevante como para hacer de su día algo tan bueno? Emma estaba confundida y nerviosa, y no tenía la menor idea de que hacer con los sentimientos que empezaban a explotar dentro de ella.

- ¿Y? ¿Qué tal estuvo tu tarde? – Cuestionó David, sorprendiendo a Emma quien recién entraba a la casa demasiado perdida en sus pensamientos.

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