Capítulo 8

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Advertencia: el capitulo contiene escenas con referencia a la auto mutilación.

Emma se dejo caer, pero antes de que su cuerpo cayera en la tierra, un par de brazos fuertes la agarraron. Emma no entendía lo que pasaba a su alrededor, no podía ver ni escuchar nada. De lo único que pudo dar cuenta fue que esos brazos que la tenían agarrada la guiaron hasta un banco y la hicieron sentar.

- Tranquila, respira. Está todo bien, vas a estar bien. – Dijo él ayudándola a sentarse en el banco.

Emma reconoció esa voz, era la voz de Killian. Su respiración era cada vez más agitada y si seguía así iba a perder el conocimiento. Tenía que calmarse, pero no sabía cómo hacerlo. De repente sintió una mano en su espalda y se apartó bruscamente frente al contacto. Luego recordó que quien estaba ahora con ella era Killian y no Daniel, y eso le generó cierta tranquilidad. Sus manos estaban devuelta sobre ella, acariciando su cabello y su espalda. Emma no comprendía del todo lo que Killian le decía, pero su tono de voz era amable y reconfortante.

- Eso es, seguí mi ritmo de respiración. – La animó él posando la mano de ella en su pecho para que pueda sentir su respiración. – Muy bien, ¿Viste que podías? – Dijo aliviado al ver que ella se estaba recuperando.

- Gracias. – Susurró ella.

- ¿Estás bien? – Preguntó él después de un largo silencio, donde solamente se dedicó a secarle las lágrimas que caían por sus mejillas.

- No lo sé. – Respondió ella sinceramente, apartando su mirada de la de él porque la intensidad que encuentra en sus ojos azules la hace sentir demasiado vulnerable.

- Estás helada. – Dijo él al notar como ella temblaba y se sacó su campera para ofrecérsela.

- No es necesario. – Negó ella sacudiendo su cabeza.

- Si, lo es. – Dijo él poniendo su campera sobre los hombros de ella. – La necesitas más que yo, créeme. – Aseguró.

- Killian, gracias por todo. – Agradeció ella tímidamente.

- No necesitas agradecerme, solamente hice lo que creo correcto. – Explicó él con calma. - ¿Puedo preguntar qué fue lo que pasó? – Preguntó con una mezcla de preocupación y curiosidad.

- ¡Emma! – Exclamó August interrumpiendo la conversación y corriendo hacia ella.

- ¿Estás bien? ¿Qué pasó? – Preguntó Graham ofreciéndole su mano para ayudarla a pararse.

- Nada y todo. – Respondió ella sin saber bien como expresar todo lo que había pasado.

- ¿Por qué estás mojada? – Preguntó Jefferson observándola detenidamente.

- ¿Él te hizo esto? – Preguntó Graham señalando a Killian.

- ¿Te estaba molestando? – Preguntó August dirigiéndole una mirada asesina a Killian y haciendo puños sus manos como si se estaría preparando para pelear.

- Él solo me ayudó. – Respondió Emma agarrando a August del brazo para evitar que se abalance sobre Killian. – El único problema acá son Daniel, Millah y Regina. – Informó a sus amigos.

- ¿Por qué no me sorprende que Millah y Regina estén metidas en tus problemas? – Preguntó Jefferson con cierta ironía.

- Porque ellas son el problema de todos. – Contestó Graham.

- Y ese Daniel no se queda atrás, desde que lo conocí supe que era para problemas. – Dijo August enojado ante la mención de todos esos nombres.

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