Capítulo 30

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Emma estaba haciendo todo lo posible por evitar a Killian, no soportaba la idea de verlo o estar cerca de él. Pero había cosas que no estaban a su alcance y que no podía manejar. Como verlo en el colegio, o como el profesor Whale los vuelva a poner en pareja para un nuevo trabajo juntos ya que le había gustado como habían hecho el anterior. Se sintió atrapada y enojada con la situación. Que Whale los haya puesto juntos hacía de su plan de evadirlo más difícil, sin embargo ella iba a pensar la forma de seguir haciéndolo.

- Emma tenemos que hablar. – Dijo Killian siguiéndola hasta su casillero.

- No, no tenemos. – Negó ella abriendo su casillero para guardar un par de cosas.

- Somos pareja de equipo y tenemos que hacer el trabajo juntos. – Justificó él.

- Podes elegir el tema que quieras, a mi me da igual. – Dijo ella haciendo hombros. – Cuando lo decidas, avísame y nos dividimos las cosas para hacer. – Agregó pensativamente, buscando la forma de verlo lo menos posible.

- No creo que esa sea buena idea, ni vaya a funcionar. – Retrucó él. – Trabajamos bien en equipo, deberíamos volver a hacer eso. – Propuso nervioso, rascándose detrás de una de sus orejas.

- No, no puedo. – Rechazó ella sacudiendo su cabeza. – Si en verdad te importo, aunque sea un poquito, harías lo que te pido y me dejarías en paz. – Dijo con la voz temblorosa.

- Emma por favor, no solo estoy hablando del trabajo, sino de nosotros. Hay tantas cosas que quiero decirte. – Pidió él de manera suplicante agarrándole el brazo.

- No puedo. – Dijo ella apoyándose contra el casillero para alejarse de él y liberar su brazo.

- Bien, como desees. – Aceptó él después de un largo instante donde solo se dedicaron a mirarse en silencio.

Lo miró irse hasta que desapareció de su vista. Había notado lo miserable y derrotado que lucía. Le habría gustado poder consolarlo, calmarlo, hacerlo sentir mejor. Sabía que con la ausencia de Liam debía estar sufriendo. Pero por más que quería estar para ahí para él, no podía. No podía porque él no la había elegido. No podía porque ella no había sido suficiente para él, al igual que para la mayoría de personas que se habían cruzado en su vida. Ella había empezado a sentir que eso había cambiado, que ella era suficiente; gracias a sus padres, sus amigos y Killian. A pesar de eso, ahora volvía a dudarlo, volvía a sentirse poca cosa y todo porque lo que había pasado con Killian la había lastimado más de lo que se animaba a admitir.

- ¿Estás bien? – Preguntó Elsa algo preocupada.

- No lo sé. – Respondió Emma sinceramente.

- ¿Qué pasó con Killian? – Preguntó Elsa algo curiosa.

- Él quería hablar conmigo, pero yo no lo deje. – Contestó Emma dando un largo suspiro. – Simplemente no puedo lidiar con todo ésto, al menos no por ahora. – Explicó sentándose en el piso contra su casillero.

- Entiendo. – Asistió Elsa imitándola y sentándose a su lado. – Pero, ¿Sabes qué creo? – Dijo intentando llamar la atención de la otra.

- ¿Qué crees? – Pidió saber Emma.

- Que ambos están sufriendo y están dolidos. – Respondió Elsa. – Quizás hablar y aclarar las cosas les vendría bien. – Dijo pensativamente.

- No hay nada de que hablar, él no quiere estar conmigo y punto. – Dijo Emma frustrada.

- Yo no creo que eso sea verdad, para mí actuó muy impulsivamente. – Expresó Elsa lo que sentía con lo que había pasado entre Killian y Emma.

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