Se había cambiado, en vez de la ropa empapada llevaba un amplio chándal gris y el cabello encrespado en un moño. No hacía ni el más mínimo esfuerzo por parecer guapa, pero, el caso, es que para mí, lo seguía siendo.

Bueno, parecía que la parte cursi se había adueñado otra vez del mano mandando a la bestia descansar.

Tampoco me quejaba demasiado. Aunque la testosterona me recriminase de vez en cuando.

Eso sí, el lado cursi no me impidió taparle los ojos a la chica y acercando mi boca a su labio susurrarle:

—¿Quién soy?

Narra Mackenzie.

Instintivamente me llevé las manos a los ojos, cerniendo los dedos entorno a las muñecas del chico. Sus palmas eran tan grandes que lograron opacar por completo mi visión y deslizar los dedos parcialmente por mis mejillas.

Lejos de asustarme (llevaba demasiado tiempo compartiendo espacio con Marc, y vamos por favor, era el único que estaba a parte de mí en el piso) sonreí.

—Espero que el chico que haya dejado la ducha libre.

Sus labios me cosquillearon la oreja mientras replicaba:

—Conque por eso te importa. ¿Para poder ducharte?

Me mordí los labios aún sin ver nada.

—Bueno, digamos que no me vendría mal ducharme.

—Te dije que si tanto empeño tenías podías meterte conmigo en la ducha.

Bufé y vehemente empujé sus manos lejos de mis ojos. Me giré para encararlo topándome con su rostro a escasos centímetros del mío.

El iris verde del chico brillaba alumbrado por la luz anaranjada de la lámpara y como todas veces que le observaba me quedé momentáneamente fuera de juego.

Tomando de nuevo el control hundí mi dedo en su torso cubierto por una sudadera.

—Ya bueno, eso pasará en tus sueños.

—O en los tuyos.

Arrugué la nariz y me bajé de la silla. Marc se incorporó luciendo toda su altura. A veces me frustraba el hecho de que fuese tan alto en comparación, yo era una chica de buena estatura, ¿por qué a su lado parecía habitante de la tierra media?

—Lo que digas. Me voy a duchar.

¿Cuántas veces habría usado el término duchar? ¿Y por qué estaba nerviosa?

Me paré a respirar profundamente unas milésimas de segundo. Debía controlarme lo mejor que pudiese. Me aparté del chico y comencé a caminar hacia el baño.

***

—¿Y vas a salir con el pelo así de mojado? Hace frío.

Me llevé los dedos a mi melena comprobando que efectivamente terminaron mojados. Me encogí de hombros con simpleza.

Marc arrugó los labios y me miró con severidad.

—Ah, no, de eso nada. Puedes resfriarte.

Le miré con las cejas alzadas.

—¿Y de quién ha sido la culpa de qué me haya duchado tan tarde? — Intenté pasar empujándole, pero Marc no cedió. —Vamos.

El chico me retuvo de los hombros y negó categóricamente con la cabeza. Inflé las mejillas con fastidio. Si seguía así íbamos a llegar tarde a clase.

—Existe algo llamado secador.

—¿No me digas? Pero resulta que no tenemos tiempo.

Exasperada negué con la cabeza.

—¿Dónde está?

Antes de que pudiese responder había internado en el baño. Medité la posibilidad de escabullirme ahora que estaba entretenido, pero la curiosidad me obligó a permanecer allí para ser testigo de como Marc salía con el aparato entre las manos. Se agachó bajo mi atenta mirada para enchufarlo y me apuntó con él como si fuese una pistola.

No pude evitar un pequeño instante de risa.

—¿Estás loco? — El aire caliente me golpeó el rostro.

—Por ti. Y por tu cabezonería, ven aquí que te seco el pelo.

Bloqueada tardé en reaccionar lo que aprovechó el chico para cogerme de la mano y arrastrarme hacia él y de paso al soplo de aire caliente. A pesar del sonido del aire pude oírle murmurar mientras sonreía.

—No puedes resfriarte para nuestra cita, ¿no?

 #DomingoDeInspiración, ¿hace cuánto tiempo que no hacía uno? Bueno pues hoy me he levantado exuberante de alegría y con satisfacción os digo que aún sigo con mi pijama y mis calentitas zapatillas de estar en casa después de haber visto una película de Harry Potter (Always Alan) 

Os dejo, pues, este capítulo y seguiré subiendo de mis otras historias. 

No me entretengo pero... ¿Hola? ¿Lectores fantasmas? ¡manifestáos! Aunque sea un pelííín... y los comentones ¡venid a mis brazos! 

PD: ¿Alguien sabe como poner gifs en las historias? Digo en el cuerpo, en el otro sé ¡saluda gatito! 

-Prim- 





¡Aparta, imbécil!Where stories live. Discover now