Capítulo 29 - Marcas en la piel

69.3K 4.9K 2K
                                    

Capítulo dedicado a PorSiempreAntoo, gracias por tu hermoso mensaje <3
_____________

Seguía congelada y la mirada de James me estaba quemando. Sin embargó permaneció en silencio, nada salía de su boca entreabierta. Mi visión se tornó borrosa y estaba a segundos de salir corriendo, pero de nada me serviría. Él estaba acompañado de chicos más fuertes y aunque tenía a Wyatt conmigo, no era suficiente.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Giré mi cabeza para buscar cualquier salida de emergencia, pero lo único que había en este pequeño pasillo eran cajas y basura. Las escaleras estaban a dos metro de donde me encontraba, si era lo suficientemente veloz tal vez podría subirlas y Wyatt podría distraerlo. Alguien tenía que sacrificarse y estaba segura como el infierno de que no sería yo.

Okay, eso era bastante egoísta de mi parte.

James soltó una maldición casi inaudible y retrocedió un pasó, no sin antes hacernos una seña con las manos. Si no lo estaba malentendiendo, quería que nos encontráramos en el estacionamiento. Entró a la habitación en la que se encontraba y escuché como se dirigió a los hombres que estaban con él.

Nos estaba ganando tiempo para escapar.

Aun estupefacta, escuché como Wyatt susurró en mi odio que ya era hora de salir corriendo. Con la mirada donde antiguamente había estado James, asentí y lo seguí.

¿James acababa de salvarnos el trasero? No podía creerlo. Tal vez ya estaba muerta y este era un tipo de limbo. Me pellizqué a mí misma una vez que ya estábamos fuera del edificio.

—Demonios, mierda, joder. — Pasó sus manos repetidamente por su cabello y eso solo logró causarme más nervios.

Mi garganta estaba completamente seca y mientras esperábamos a James en el estacionamiento vacío, solo podía pensar en una botella de agua. Si no pensaba en algo tan mundano como beber agua, probablemente terminaría igual de estresada que Wyatt. Recordar que aún tenía necesidades comunes —como beber agua— me mantenían fuera de la histeria. Tenía que apreciar cada cosa normal en mi vida.

En la distancia vi como la sombra de un hombre se acercaba a nosotros. Tragué saliva y parpadeé repetidamente. Cuando menos lo pensé ya estábamos cara a cara e hice todo mi esfuerzo para no parecer débil. Levanté el rostro y crucé mis brazos debajo de mi pecho, ignorando el sudor que salía de mis manos.

—Que sorpresa encontrarlos por aquí —dijo James, con una sonrisa para nada amigable. Por un segundo me recordó al lobo de Caperucita Roja. Sus dientes blancos listos para comernos.

Después de un minuto de silencio, Wyatt fue el primero en hablar.

—Venimos a ver el musical, como la gente normal —contestó Wyatt, derrochando sarcasmo—. La sorpresa fue encontrarte a ti, pensé que odiabas el teatro.

Los ojos de James se prendieron en llamas y supe que estaba enfurecido por el comentario de Wyatt. Oh oh.

— ¿Entonces que hacían en el sótano? El musical ya había terminado —señaló, entrecerrando los ojos.

Wyatt permaneció en silencio, sin saber cómo responder a eso. La mirada triunfante de James me dio la fuerza que necesitaba para dar un paso adelante y decir algo:

—Estábamos buscando un lugar oscuro para besarnos.

Los ojos de Wyatt se abrieron como platos y me miró como si me hubiera crecido otra cabeza. James parecía estar igual de sorprendió, pero luego frunció el ceño y negó con la cabeza.

A Little DeathWhere stories live. Discover now