Capítulo 21 - Un poco de sangre

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Después de lo que sucedió en casa de James, permanecimos en el coche por varios minutos. Después, Wyatt condujo hasta el departamento en silencio. El cuerpo inerte de la chica era lo único en lo que podía pensar. Todo este tiempo había estado mal. Mi plan era una mierda, una jodida y estúpida mierda. Jax no asesino a esta a chica, a menos que se haya desecho de su erección en menos de cinco minutos. Me dolía pensar en eso, pero era la verdad. Alguien había matado a esa chica y por el momento, Jax parecía estar fuera de contexto. Dios, todo parecía estar fuera de control.

Estiré mi mano para presionar los botones de la puerta eléctrica y Wyatt prosiguió a detenerse frente a mi lugar. Solté aire y la piel se me puso de gallina cuando visualicé el coche gris estacionado cerca de mi departamento. Con la poca luz de la calle, noté como el rubio a mi lado comenzó a tensarse. Él sabía de quien era ese coche. Sus nudillos se tornaron rojizos alrededor del manubrio, por apretarlo más de lo debido. Lo miré en busca de una respuesta.

Dudó antes de hablar.

—Es el carro de James.

Oh.

Ahora entendía todo. Mi mano se quedó congelada en la manija de la puerta; no sabía si debía bajarme o pedirle que me llevara al hotel más cercano. Hice cuentas en mi mente sobre el dinero que traía a la mano, definitivamente no suficiente para pagar una habitación de hotel. Esto apestaba, tener miedo de entrar a mi propia casa. Ignoré las lágrimas que se estaban formando en mis ojos y me despedí de Wyatt sin mirarlo a la cara. Odiaba que las personas me miraran llorar. Y sin embargo, aquí me encontraba yo, tragándome mis sollozos. Este día había sido bastante fuerte para mí, comenzando desde Jax besándose con Melody, hasta la muerte de esa pobre chica. Eso sin olvidar los disparos, sin olvidar que alguien más pudo haber muerto esta noche. Suspiré y abrí la puerta, sintiendo la valentía salir por mis poros.

Pero la mano de Wyatt se aferró a mi muñeca, devolviéndome al asiento de cuero. Confundida, use todo mi esfuerzo para no encararlo. Dejó de apretar su agarre, mas no me soltó.

— ¿A dónde crees que vas? James está ahí, probablemente pasado de alcohol. —Se apuró a desabrochar su cinturón de seguridad y sentí su mirada arder en mi nuca—. Entrare contigo.

Calidez me invadió y una pequeña sonrisa apareció en la comisura de mi boca. Saber que alguien veía por mí me hacía sentir un poco más segura, como si no estuviera completamente sola en esta situación. Pero aunque apreciaba el gesto, no podía permitir que James nos viera juntos. Ni mucho menos Jax. Las dudas, después las conclusiones, vendrían a la segura.

—No, estaré bien —dije, fingiendo tranquilidad. Usé toda la fuerza dentro de mí para no sollozar al hablar—. A parte es bastante arriesgado, no quiero que todo nuestro trabajo se vaya a la basura. Prometo mandarte un mensaje con detalles si algo sucede.

Y sin más preámbulo, bajé del coche. Ni siquiera deje que dijera algo, porque sabía que intentaría convencerme y honestamente me sentía bastante voluble. Como si me estuvieran ofreciendo una botella de agua en medio del desierto.

Caminé hasta la puerta sin mirar atrás, pero las luces del carro aún seguían ahí.

Wyatt, por favor vete... Después de lo que pareció una eternidad, su coche comenzó a alejarse. Alivio me recorrió, pero la opresión en mi pecho seguía constante. Mis manos estaban temblando cuando giré la manilla de la puerta y me adentré en el departamento.

La luz de la cocina se encontraba encendida, junto con la del pasillo. Caminé sigilosamente por la sala intentando pasar desapercibida, pero un líquido rojo esparcido en el suelo provocó que me tambaleara hasta chocar con la pared.

A Little DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora