Capítulo 13 - Café

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Capítulo dedicado a NijaibLightwood

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Una vibración a mi lado me exaltó. Mis ojos estaban rojos de tanto leer, por lo que tuve que tallarlos antes de ver el mensaje. Se trataba de Sean, quería que nos encontráramos en un café en la plaza principal de Richmond.  El lugar estaba un poco lejos de Charlottesville, tendría que faltar a mi última clase para llegar a tiempo. Mi estómago se sentía raro y supe que tendría problemas para dormir esta noche. Leí varios capítulos más y entendí que ya había tenido suficiente cuando me detuve a releer la misma página por más de cinco minutos. Cerré los ojos con fuerza, pero los entre abrí un segundo después. La luna era la única luz que se colaba por mi ventana y estuve mirándola fijamente hasta que pude reconciliar el sueño.

Esa noche soñé con unos ojos grises.

Cuando desperté, hice mi rutina diaria y me encaminé a la universidad, no sin antes llenar el tanque de mi auto con gasolina. Hailey estaba un poco distante, casi no pronunció una palabra. Su cabello chocolate se encontraba amarrado en una coleta desordenada, cuando normalmente estaba perfectamente ondulado, y su rostro estaba prácticamente sin maquillaje. Le pregunté un millón de veces que le sucedía, pero se negaba a contestarme con la verdad diciendo que estaba bien. Me rendí cuando llegó la hora de partir, trataría con la misteriosa Stark mas tarde.

Encendí mi coche y seguí los signos para llegar a la autopista. Si bajaba por el 64, llegaría a Richmond en una hora. El cielo estaba despejado y disfruté del camino mientras escuchaba las canciones del estéreo. Pensé que la carretera estaría estancada, en cambio se encontraba algo sola. Había estado en la capital del estado varias veces, casi siempre acompañada por Hailey, sin embargo esta era la primera vez que me sentía totalmente desorientada. Puse la dirección en el GPS y conduje por las calles amplias hasta el lugar de la reunión. Repetí mentalmente todo lo que diría y, con una respiración profunda, me bajé del coche. Al principio me dolieron las piernas, debido a todo el tiempo que permanecí sentada, pero después fue el turno de mi estómago para comenzar a quejarse. No había comido nada y ya estaba comenzando a sentir los efectos. Resoplé.

Mis tacones negros tronaban con cada paso que daba hacia la cafetería. Acomodé mi cabello y arreglé un poco mi suéter café. Esta mañana no tuve mucho tiempo para vestirme y mi físico desaliñado lo reflejaba. A parte, solo iba a tomar café con la victima del asesino que vive en mi departamento, nada especial. Comprobé el último mensaje que me envió, el cual decía que ya estaba dentro y abrí la puerta de cristal. El olor a café me inundó y disfrute cada segundo de él. Amaba el olor a café recién colado, me recordaba a mis mañanas en la escuela secundaria y a mi padre. Él siempre se encontraba leyendo el periódico con una taza de café  a su lado, podía verlo en este momento sentado en nuestra sala de estar mientras mi madre teje a su lado. Ellos se complementaban, como el cielo y las estrellas.

Tener una relación duradera como la de mis padres era una de mis metas, pero hasta ahora no había avanzado en lo absoluto. Pensé que Mase seria el hombre con quien pasaría mis últimos días, vaya error.

Un hombre, que lucía un poco mayor que yo, estaba sentado en un pequeño sofá al lado de la chimenea del lugar. Un bastón de madera residía a su lado. No era una chica fácil de impresionar, pero este chico sí que lo logró. Su cara tenía una cicatriz desde la esquina de su ojo derecho hasta su mandíbula y sus ojos cafés estaban mirando a la nada. Sentí una punzada de dolor al pensar que Jax fue capaz de hacer eso. Me acerqué lentamente a él y me repetí mentalmente todo lo que diría, otra vez.

-Hola, ¿de casualidad eres Sean? -Mi voz salió ronca y nerviosa.

Los ojos del hombre se volvieron a mí.

A Little DeathOù les histoires vivent. Découvrez maintenant