Capítulo 26 - Prófugo de la ley

62.2K 4.9K 711
                                    

Capítulo dedicado a marian5660

Nuestros cuerpos estaban sincronizados. Besaba, chupaba y mordía mis labios, mientras que yo me sostenía de su espalda. Podía sentir sus músculos tensarse con cada movimiento y la sensación era vigorizante. No podía creerlo, en verdad estaba a punto de hacerlo con Jax. Mi primera vez, con un criminal. ¿Quién lo diría? Nadie nunca sabría sobre esto, pero podía imaginarme la expresión de Hailey como si la tuviera en frente. Probablemente se enojaría conmigo, me gritaría y me reprocharía lo mal que estuvieron mis acciones. Por otra parte, querría saber todos los detalles y no dejaría de interrogarme hasta que los consiguiera. Mi mejor amiga era así, pero la amaba. Me dolía pensar que nunca podría compartir esta parte de mi vida con ella.

Tampoco con mi madre. Digo, no es que pensaba contarle sobre mis experiencias sexuales, pero si sobre cualquier chico que causara impacto en mi vida. Ella también era mi mejor amiga y sentía como si ya no fuéramos tan unidas. No era una niña de mamá, más había veces que solo necesitaba un abrazo y un "todo va estar bien" para poder estar tranquila. Demonios, ella ni siquiera sabía que su hija había estado viviendo con un criminal.

Jax se detuvo y enfocó su mirada en mi rostro. Aun en la oscuridad de la noche, podía notar sus rasgos rígidos.

— ¿Estas bien? —preguntó entrecortadamente—. Te fuiste por unos segundos.

No podía decirle lo que estaba pensando, así que asentí. No quería que nuestra pequeña burbuja se reventara solo por mis inseguridades. Pero ya era demasiado tarde. Jax se alejó un poco y al instante mi cuerpo sintió la pérdida. Recuperé la compostura y por primera vez en la noche, sentí la fría temperatura. Mi pecho estaba completamente descubierto, al igual que el de Jax, y un aire de inseguridad se apodero de mí. Lo cubrí con mi brazo y tragué saliva. Esto era incómodo.

—No confías en mí —dijo, pero sonó más como una pregunta.

Clavé mi vista en el suelo y tracé círculos en la tierra con mi mano libre. Parecía una niña pequeña a punto de recibir un sermón. Una pequeña parte de mi confiaba en él, pero otra se negaba a creerle. Hasta que no supiera sobre su pasado, no me sentiría enteramente tranquila a su alrededor. Tenía que saber quién era Sam.

—Confiare en ti cuando seas totalmente honesto conmigo —suspiré—. No puedes besarme cada vez que quieras zafarte de contestar mis preguntas.

—Tú fuiste la que salió corriendo como si tu vida estuviera en peligro. —Pasó la mano por su cabello, con frustración.

Él tenía un punto. Salí corriendo sin darle oportunidad de explicarse, pero supongo que el miedo fue más grande que la lógica. Mi piel se erizó por el frío y estiré mi mano para coger mi camiseta. La pase rápidamente por mi cabeza e ignoré el hecho de que había olvidado ponerme el sostén. A estas alturas ya no me importaba ese detalle.

—No te bese para hacerte olvidar, simplemente quería hacerlo porque pienso que eres hermosa. De alguna manera diferente —sentí mis mejillas calentarse— ¿Quieres respuestas? Bien, pero te aseguro que no serán bonitas.

Se puso su camiseta negra rápidamente e hizo una mueca de dolor cuando esta rozó su brazo vendado.

El ambiente se puso denso cuando quedé en silencio, pensando que preguntarle. No quería ser tan directa, no quería que me confesara que era un criminal. Desde que se instaló en mi departamento había esperado esto: la verdad. Pero ahora todo era más complicado, ya no solo se trataba de un extraño. El chico había logrado meterse debajo de mi piel y me sentía estúpida por ello. Probablemente se acostaba con Melody cada vez que podía y yo no podía competir con ello. La imagen de la fiesta, como se besaban y tocaban, era dolorosa y mentiría si dijera que no estaba celosa.

A Little DeathWhere stories live. Discover now