30. ¡Tarde de compras!

Start bij het begin
                                    

– Iré a algunos locales de la planta alta. –me dice Niall deteniéndonos a unos metros de la entrada. –No tardaré mucho, al menos quince minutos. Podemos vernos frente al ascensor dentro de veinte minutos, si te parece bien. –lo que quiere decir que no tendré tiempo de dar unas vueltas por las boutiques para comprar algo lindo. ¿Podría ser peor este día?

– Me parece bien. Yo estaré por aquí. –respondo logrando ver a lo lejos, casi al fondo, una tienda de tecnología con varias cámaras en el aparador. Creo que me vendría bien pasar por ahí.

– Perfecto. –me responde con una animada sonrisa patentada por él mismo. –Entonces nos vemos en un rato, cariño. –me dice y, antes de irse, me planta un beso fugaz en los labios.

Oh. Por. Dios. Me quedo como estatua, sin saber cómo reaccionar mientras desaparece entre la gente.

¿Qué fue eso? Bueno, sí, fue un beso. Pero... ¿en público? Dar muestras de afecto en público significa algo más, ¿no? Es como una muestra de cariño ante todos. Una chispa de esperanza se enciende en mi interior. ¿Tengo alguna oportunidad con Niall?

Fácilmente me puedo imaginar al lado de un chico tan estupendo y único como Niall. Pero, tiene sus pros y sus contras. Él tiene muchas cosas a favor, pero las pocas que tiene en contra me preocupan, comenzando por la más elemental: la confianza. Yo podría confiarle muchas cosas, pero me preocupa su fidelidad. Los títulos de Mujeriego y Líos De Una Noche, me preocupan. ¿Cómo me vería si fuera su novia y de pronto anda coqueteando con otra? Sin duda me vería más que patética. Yo no podría arriesgarme a algo así.

¿Qué demonios estoy pensando? Ni siquiera sé porque rayos me planteo esto. Hace poco tiempo me dije que él y yo no tenemos posibilidades de estar juntos. No. Nunca. Ni en un millón de años. Primero se acabaría el mundo o lloverían unicornios con donas ensartadas en sus cuernos mientras defecan un arco iris al volar.

Mientras sigo vagando en mis pensamientos, me dirijo al local donde tienen las cámaras en el aparador. Son muy bonitas y modernas, y por lo que veo son buenas. Conozco bastante de cámaras fotográficas y, al ver todas estas, sé que puedo encontrar una muy buena aquí.

Entro en el local y un chico atractivo de cabello claro me recibe con una gran sonrisa. Guau.

– Buenas tardes, hermosa dama. –hola bello chico con lindo acento inglés. – ¿En qué puedo ayudarte? –me pregunta amablemente, sin dejar de sonreír.

– Hola. Busco una cámara fotográfica réflex digital de al menos dieciséis megapíxeles. –respondo con naturalidad, y veo en su rostro que se sorprende un poco. Sí, sí. Sé de cámaras, niño bonito, es una de mis pasiones.

– Claro. Te mostraré varias de las que tenemos. Este mes recibimos lo último en tecnología, así que debo tener lo que buscas. –me dice con una mirada y un par de alzamientos de cejas. Espero que solo se refiera a las cámaras.

El chico comienza a sacar las cámaras, dejándolas en el mostrador, hasta llenarlo con ellas. De hecho el chico tiene razón, tiene cámaras muy buenas, un poco más avanzadas que las que tengo en casa, de hecho. Pero sinceramente, me gusta más la sencillez. Además de que no podría cargar con algo tan grande por mucho tiempo, es algo agotador. Debo tener en cuenta que la traeré durante todo el día de clases. Me decido por la pequeña y practica Nikon D7000. Me servirá a la perfección.

– ¿Tu pago será en efectivo o tarjeta? –me pregunta el chico con otra de sus miradas coquetas. No te va a servir, cariño. Intenta otras técnicas de flirteo.

– Será en... –me detengo al notar que no traigo mi bolso, por lo cual no traigo la cartera, o sea: cero dinero. Maldición.

– ¿Ocurre algo, señorita?

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu