14. Primer día de clases.

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– Si, y más vale que me hagas caso, no quiero empezar mal mi primer día de clases.

– De acuerdo, solo porque me lo pides tan amablemente.

– ¿Qué haces aquí tan temprano?

– ¿No es obvio? Quería verte.

– ¿Y como para qué? –de pronto llega a mi mente el último mensaje que me envió después de nuestra cena: "A mí me encantó el beso, espero verte pronto para repetirlo."

– Solo porque sabía que no conocías el campus y quería darte un recorrido. Puedo enseñarte lugares muy buenos. –murmura con una mirada sugerente.

– Bien, pues no necesito un guía de turistas, puedo encontrar los salones por mi propia cuenta, gracias.

– Eres muy hermosa, pero demasiado testaruda. – ¡me dijo hermosa! Un momento... ¿testaruda?

– Oye, yo no soy ninguna testaruda.

– ¡Claro que sí! Lo eres todo el tiempo conmigo. Te ofrezco mi ayuda y la desechas como si fuera algo terrible. –eso es cierto, pero es porque nunca sé si lo que hará será para aprovecharse de mi de alguna manera.

– Bueno... yo... lo lamento. Pero son cosas que puedo hacer por mi propia cuenta.

– ¿No te gusta recibir ayuda? –me dice frunciendo el ceño. Ya volvimos con eso. Esperen... ¿está dolido porque no acepto su ayuda? Bueno, yo nunca se la pedí.

– Sí, pero siento que si la acepto sería como depender de alguien más, y a mí eso no me gusta. Me gusta hacer las cosas por mis propios medios.

– Bien, como quieras. –dice algo indiferente. Creo que se molestó.

– Horan, no lo tomes a mal...

– No, no te preocupes. Suerte con tus clases. –dice sin mirarme y se aleja por el pasillo hasta salir del edificio.

¿Y ahora que hice? Solo le dije la verdad, además yo nunca le pedí su ayuda en nada. No sé por qué se pone así.

Dejo de lado el asunto de Horan y entro a la oficina de la secretaria, la veo sentada detrás del mostrador. Levanta la vista cuando me siente entrar.

– Buenos días, jovencita. ¿En qué te puedo ayudar?

– Vengo por mi horario de clases.

– ¿Eres nueva? – ¿pues qué no se acuerda de mí? Estuve aquí hace una semana.

– Si, vine a dejar mis documentos la semana pasada.

– Ah, sí. La señorita que viene de Estados Unidos, ¿cierto?

– Así es.

– Si, aquí tengo tu horario. Como son dos facultades las que estas cursando, tendrás algunos cambios a comparación con el horario de tus demás compañeros, y también tendrás que quedarte una período más todos los días por lo mismo. –me explica. Solo espero no quedarme dormida en las clases o morir de hambre. Saca una hoja de una carpeta y me la entrega, es el horario. – ¿Ya has escogido tu actividad extracurricular?

– No, solo me dieron el folleto donde vienen.

– De acuerdo. Y de esas, ¿en cual quieres estar?

– En la de música. -pensé también en quedarme en ballet, pero creo que tendré más facilidad de ensayar con los instrumentos.

– Perfecto, entonces te anotaré aquí. Como podrás ver en tu horario, las actividades extracurriculares son los martes y los jueves, así que a partir de mañana ya podrás asistir al salón de música. –vaya, eso suena muy bien.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Where stories live. Discover now