10. Universidad, maletas y llamadas.

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– Buenos días. –saludo, cordial.

– Buenos días, señorita White. Pase. –entro y cierra la puerta. –Sígame por favor, la llevaré con la directora de la universidad.

Ella comienza a caminar por un caminito que nos llevará a algún lado. Veo a mi alrededor.

Wow. Es muy bonito. Tiene grandes jardines con césped bien cuidado y arboles grandes que dan una sombra perfecta para días soleados, si es que sale el sol aquí. Más adelante se ven los edificios de un solo piso, deben de ser los salones. Seguimos caminando y entramos en el edificio principal, recorremos el ancho pasillo en silencio y entramos a lo que parece ser una oficina.

– Pase por aquí. Tome asiento, le avisaré a la directora que usted ya está aquí.

– Bien. Gracias.

Me siento en una de las sillas junto a la puerta y miro a mí alrededor. Estantes de madera antigua con libros antiguos y polvo. A decir verdad, la mayoría de las cosas aquí son antiguas, hasta la secretaria que me trajo. Y como si la hubiera mencionado en voz alta, sale la secretaria de la oficina de la directora.

– Pasa, te está esperando.

– Gracias. Con permiso.

Me levanto de la silla y entro con cuidado a la oficina de la directora. Ella se encuentra sentada en su silla detrás del escritorio. No es tan vieja como imaginé, podría tener cuarenta y tantos.

– Buenos días, señorita White. Pase, tome asiento. –saluda con un marcado acento inglés. Entro en silencio y me siento en una de las sillas frente al escritorio. –Soy la directora Amanda Watters. –se presenta y me tiende su mano. Vaya, parece muy amigable.

– Mucho gusto, directora Watters. –digo con una sonrisa estrechando su mano.

– Tengo entendido que usted viene desde Nueva York y estará en nuestra universidad.

– Así es. Vengo a dejar mi documentación, si es necesaria. –digo y le entrego la carpeta con mis documentos. Ella los observa detenidamente.

– Su secretaria me ha mandado ya escaneados los necesarios, pero necesitaba verlos en persona. -responde ajustando sus gafas. -Vaya, excelentes calificaciones. Ahora veo porque está cursando la universidad con un año de ventaja. –dice hojeando los papeles. Bueno, era hora de que alguien más se enterara de que soy una especie de geniecillo.

– Si, bueno, fui a todos los cursos en el instituto y siempre cumplí con todos los trabajos y proyectos, obteniendo puntos extra. Digamos que eso me ayudó mucho para entrar a la universidad.

– ¿Facultad en Administración de Empresas?

– Y en Artes Plásticas. –agrego –Ayudo a mi madre con su empresa, tanto a manejarla como a hacer diseños y fotografías.

– Me parece muy bien. La mayoría de los chicos que estudian aquí aun dependen del dinero de sus padres y ni hacen esfuerzo alguno para ganárselo. –cierra la carpeta y la deja sobre el escritorio. –Bien, señorita White, está usted oficialmente inscrita.

– Muchísimas gracias, directora Watters. –en verdad pensé que sería un poco más tardío y tedioso. Eso fue sencillo. Al menos podré terminar rápido y comer algo.

– ¿Qué talla de blusa eres? – ¿qué?

– Eh... talla chica... –respondo frunciendo el ceño. ¿Pero qué demonios...?

– ¿Y tú talla de pantalón? – ¿qué demonios? ¿Acaso quiere violarme o qué?

– Tres... – ¿y yo porque le respondo?

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Where stories live. Discover now