: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 31

Detrás suyo, mientras la oscuridad comenzaba a caer sobre la pista como un manto suave, Jungkook se alejaba con pasos decididos. No volteó, no dudó. Solo caminó con el corazón latiendo igual de fuerte, sus dedos aún con el recuerdo del tacto de Taehyung entrelazado en los suyos.

Justo antes de perderse entre las sombras, susurró:

—Lo siento, Taehyung… pero será la última vez que desaparezco y te dejo. Todo esto va a cambiar… voy a recuperarte.

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Detrás del escenario, el aire era más denso, cargado de nervios y de emoción contenida. El DJ hacía los últimos ajustes en los controles. Algunas personas del staff se aseguraban de que todo estuviera en su lugar. Las luces, el micrófono, el audio. Cada segundo se acercaba al momento clave.

Jungkook apareció entre los pliegues oscuros de las cortinas, encontrándose con Yoongi, quien lo esperaba con los brazos cruzados y una expresión seria. Apenas lo vio, su mirada se suavizó.

—¿Listo? —preguntó Yoongi, con voz baja pero firme.

Jungkook asintió, tragando con fuerza. La ansiedad vibraba en su pecho, pero no era miedo… era esperanza.

—Listo.

Yoongi dio un paso hacia él y, sin decir nada más, lo abrazó. No era un gesto común entre ellos, pero esa noche no era común para nadie. Era el final de una historia, o quizás el comienzo de otra.

—Hazlo por ti, y por él —le dijo al oído—. Díselo todo.

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La música cesó de golpe. Las luces se apagaron, sumiendo al lugar en una penumbra expectante. Murmullos se esparcieron entre los asistentes como un oleaje suave. Todos miraban alrededor, curiosos, expectantes, confundidos.

En ese silencio roto solo por los ecos del último compás, Jungkook respiró hondo.

El primer reflector se encendió y lo enfocó a él, solo, en el centro del escenario. Aún llevaba el antifaz, pero había algo inconfundible en su silueta, en su porte, en la forma en la que sujetaba el micrófono como si llevara una verdad clavada en el pecho.

—Buenas noches… —comenzó, con voz templada, casi suave, pero clara—. Siento interrumpir la música, pero hay algo que necesito decir. A todos ustedes… y sobre todo, a una persona.

El murmullo se transformó en atención. Nadie se movía.

—Tal vez esto no estaba planeado en el guion de esta fiesta —continuó—, pero lo he ensayado cada día desde que lo perdí.

Jungkook tragó saliva, sintiendo cómo sus palabras se arrastraban desde su alma.

—He vivido una mentira, escondido tras el brillo de luces, detrás de cámaras, aplausos… y máscaras. Literalmente. Pero detrás de todo eso, estaba yo. Y frente a mí… estuvo alguien que me mostró lo que era amar sin condiciones. Que no me pidió nada más que ser yo mismo. Y fui un cobarde.

Un leve estremecimiento recorrió la sala.

—Perdí a esa persona. Por miedo. Por orgullo. Por pensar que podía ocultar mis sentimientos. Pero ya no más. Ya no voy a esconderme. Porque entendí que vale más perderlo todo… que seguir sin él.

Jungkook levantó la mirada hacia el público, su voz se hizo más clara:

—Y esta noche… esta noche he venido a recuperar lo que perdí.

Entonces miró hacia el frente y dijo con firmeza:

—Taehyung.

Un segundo reflector se encendió, iluminando al chico en medio del público. Su antifaz aún colgaba en su rostro, pero su expresión era de completo asombro. Todos lo miraron. Los murmullos comenzaron a crecer.