: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 27

— HERIDAS ABIERTAS —-

— TAEHYUNG —

Un auto detenido al borde del camino.
Un chico alto, con gafas y una sonrisa cálida saliendo del asiento del conductor.

—¿Taehyung?

Él parpadeó, confundido, la voz lo sacó de su dolor por un instante.

—¿Tú? ¿Qué haces acá?

—Te ves fatal —dijo aquella persona, dejando a un lado el teléfono y acercándose—. ¿Estás bien? ¿Estás solo?

Taehyung no contestó. Solo lo miró, con los ojos llenos de todo lo que no podía decir. Y esa persona, sin hacer más preguntas, le extendió la mano.

—Ven, te llevo a casa.

Y por primera vez en ese día, Taehyung asintió.

Subió al auto sin mirar atrás.

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El trayecto fue silencioso al principio. Solo el sonido del motor, el aire acondicionado suave, y los pensamientos de Taehyung rugiendo como un mar agitado dentro de su cabeza. Su pecho pesaba. Sentía un nudo en la garganta que no podía tragar. Sus ojos aún ardiendo por las lágrimas derramadas… y las que seguía conteniendo.

Recordó sus pasos con Jungkook por el parque de diversiones.
Sus manos unidas.
La forma en que se miraron.
Esa casi confesión.

Y luego… las palabras.

"Soy una estrella, tú solo un chico ordinario..."

La voz de Jungkook le taladraba la mente como un eco cruel. ¿Cómo fue tan ingenuo? ¿Cómo se permitió sentir todo eso otra vez? ¿Cómo, después de Minho, volvió a caer?

¿Por qué siempre él? ¿Por qué siempre terminaba perdiendo? ¿Acaso él no era suficiente?

No se dio cuenta de que estaba apretando tanto sus propias manos sobre sus rodillas hasta que Jin habló y lo sacó del abismo.

—Oye… —dijo con suavidad, sin dejar de mirar al frente—. Sé que probablemente no quieres hablar de nada ahora, pero… si necesitas distraerte, puedo hablarte de la pelea que tuve hoy con mi impresora. Perdí la batalla, por cierto.

Taehyung soltó una exhalación entrecortada. Una risa sin alegría, pero al menos era algo.

—¿Tú también tienes problemas con la tecnología?

—Más que problemas. Tenemos una relación tóxica —respondió Jin, girando un poco el rostro hacia él con una sonrisa amable—. Pero tranquila, ya la estoy superando.

Taehyung suspiró y asintió. No tenía fuerzas para contar lo que sentía, pero agradecía que alguien simplemente estuviera ahí, sin exigirle explicaciones, sin presionarlo. Solo estando.

—Gracias por… esto —murmuró finalmente—. Por aparecer justo ahora.

Jin no dijo nada. Solo sonrió de nuevo, más sincero, más suave.

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Cuando llegaron frente a la casa de su abuela, la calle estaba en silencio. Casi parecía dormida.

Taehyung bajó del auto lentamente.

—Gracias por traerme —dijo mirando el volante, sin saber muy bien cómo expresar tanto que no salía.

—Cuando quieras. Cuídate, ¿sí?

Asintió.

Y entonces, sin más, entró a la casa.