: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 31

---- MY REGRET ----

---- TAEHYUNG ----

El aire de la noche era fresco, casi ceremonioso. El tipo de brisa que te obliga a tomar una bocanada más larga antes de dar el primer paso hacia algo inevitable.
Y Taehyung lo sabía.

Allí estaba, parado frente a las puertas del gran salón de la preparatoria, envuelto en un aura que no era actuada ni impuesta. Era natural. Era él.
Vestía completamente de negro, un conjunto de líneas limpias y detalles refinados en la chaqueta que abrazaba su figura con elegancia. Sobre su rostro, una máscara oscura, ligeramente brillante, con formas suaves y ojos alargados que dejaban ver apenas el destello de sus pupilas. Su cabello caía con desenfado, enmarcando su rostro como si la noche misma le hubiese peinado.

A su lado, Jimin. Majestuoso en tonos púrpura, un traje que parecía pintado por las sombras y la luz a la vez. Su máscara a juego cubría su rostro con misterio, aunque su porte lo delataba sin remedio. Era imposible no notar quién era, incluso entre una multitud enmascarada.
Jimin tenía esa presencia única, casi teatral, que convertía cada paso en una declaración.

Taehyung, en cambio, se sentía invisible. Y por primera vez, eso era exactamente lo que quería.

El salón ya vibraba con la música, luces en tonos cálidos recorrían el techo abovedado, reflejándose sobre los trajes, los vestidos y las máscaras. Era un baile de ensueño, una escena salida de un libro antiguo con tintes modernos. El murmullo de las voces mezclado con la música lo envolvía todo como una manta suave, acogedora y engañosa.

Jimin le dio un codazo leve, sacándolo de sus pensamientos.
—Relájate —murmuró, sin dejar de sonreír—. Nos vemos espectaculares. Mira cómo nos miran.

Y tenía razón.
Apenas cruzaron el umbral, las miradas comenzaron a voltear. No de manera descarada, pero sí con ese matiz curioso que brota cuando alguien irrumpe en un ambiente con un aura distinta.
Taehyung sintió las miradas como pequeñas chispas recorriéndole la espalda. No sabía si eran por él o por su hermano, pero tampoco importaba. No esta vez.

Caminaban entre los grupos como sombras estilizadas, saludando apenas, intercambiando alguna palabra con conocidos de Jimin.
Pero nadie sabía quién era Taehyung.

Y eso… lo liberaba.

Se dejó llevar por la música, por los colores, por las risas. Poco a poco, se fue soltando. El nudo en su pecho aflojaba con cada minuto, aunque el pensamiento de él nunca se iba del todo.

A veces se giraba instintivamente, pensando que una figura, una silueta, una nota de perfume podría ser esa presencia que tanto deseaba y temía. Pero no. No aún.

Sin embargo, algo se sentía distinto en el aire. Como si la noche estuviese respirando más profundo de lo normal. Como si algo estuviese a punto de ocurrir.

Taehyung no sabía qué.
Pero su corazón… ya se estaba preparando.

La música vibraba en el aire como una corriente eléctrica, elegante y moderna, cargada de ritmo, pero también de algo invisible. Algo que susurraba detrás de cada nota: “Esta noche será distinta”.

Taehyung se movía con soltura entre los cuerpos, envuelto en luces doradas que colgaban desde lo alto, iluminando rostros cubiertos de misterio. Agradecía cada segundo ese antifaz que llevaba puesto. Lo protegía, lo liberaba. Lo convertía en alguien sin historia, sin pasado. Solo un joven más, disfrutando del momento.

Jimin danzaba a su lado con su típica mezcla de teatralidad y gracia natural. Reían entre ellos cuando alguien les hacía girar o les pedía bailar. Había rostros que quizá conocía, siluetas que le resultaban vagamente familiares, pero en medio de máscaras, luces cambiantes y risas, todo parecía un sueño del que no tenía prisa por despertar.