CAP 08

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-- NOTICIAS ENTRE PANQUEQUES --

--- AL DÍA SIGUIENTE ---


La luz del sol se colaba a través de las cortinas con una insistencia molesta. Taehyung entreabrió los ojos, desorientado por un momento, hasta que la realidad volvió como un golpe suave pero firme: Jungkook. La noche anterior. El cobertizo.

Se incorporó lentamente, pasándose una mano por el rostro. No sabía si se había soñado todo o si realmente el ídolo más famoso del país había dormido en su casa, a unos pocos metros de su habitación.

Con el estómago ligeramente revuelto por los nervios, bajó las escaleras y se encontró con la escena familiar de cada mañana: la abuela cocinando panqueques, su padre leyendo el periódico, su madre sirviendo jugo de naranja y Jimin —como siempre— dando vueltas con el celular en una mano y un tenedor en la otra.

—Buenos días, mi osito de invierno—saludó su abuela sin mirarlo, mientras volteaba una torre de panqueques.

—Buenos días —respondió Taehyung, aún algo distraído.

Se sentó a la mesa y comenzó a servirse un poco de fruta, intentando actuar normal. Nadie sospechaba nada. Todo estaba bajo control.

—¡Oye! —exclamó Jimin de pronto, interrumpiendo la paz momentánea—. ¿Dónde está la mermelada de frambuesa? La de la etiqueta morada, la que me gusta…

—En la cocina ya no había —respondió la abuela, alzando la voz desde la estufa—. Pero creo que aún queda un frasco en el cobertizo. ¿Puedes ir a ver, cariño?

Taehyung escupió la fresa que estaba masticando.

—¡Yo voy! —dijo con un entusiasmo repentino que hizo que todos levantaran la mirada.

Jimin frunció el ceño, cruzando los brazos.

—¿Desde cuándo eres tan amable? Yo ya me estaba parando.

—No, no, en serio, yo lo hago —insistió Taehyung mientras se levantaba apresurado—. Tú sigue comiendo, yo me encargo.

Pero Jimin ya estaba cruzando la sala con pasos rápidos.

—¡Quiero mi mermelada ahora! No me importa si tengo que cruzar un campo de minas.

Taehyung corrió tras él, alcanzándolo justo cuando Jimin apoyaba la mano sobre el picaporte del cobertizo. Se interpuso en la puerta.

—No abras.

—¿Qué te pasa? Solo quiero mermelada. No hay un dragón allá adentro, ¿o sí?

—Es que... está todo desordenado. Y no sé si hay ratas. Podría haber ratas. Mordelonas —improvisó Taehyung, sudando frío.

—No me importa. No le tengo miedo a las ratas —replicó Jimin, intentando forzar la puerta.

Comenzaron un forcejeo torpe por el picaporte, empujándose con los codos como niños en el patio del colegio. Justo en ese momento, la voz grave del padre de ambos retumbó en el pasillo.

—¿Qué están haciendo?

Ambos se congelaron.

—Jimin quiere entrar al cobertizo —dijo Taehyung, intentando sonar casual—. Pero le dije que no es buena idea. Está todo patas arriba.

Su padre soltó un suspiro y pasó entre ellos.

—Por el amor de Dios. Es solo una puerta. Yo la abro —anunció, sacando las llaves de su bolsillo.

Taehyung tragó saliva. Su corazón golpeaba fuerte contra su pecho.

El padre giró la llave y abrió la puerta del cobertizo con un leve chirrido. La luz de la mañana se coló al interior.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now