CAP 23

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— LUCES SOBRE EL ABISMO —

El sol se filtraba con suavidad por las cortinas b
lancas de la habitación de Taehyung. Afuera, los pájaros trinaban con un entusiasmo casi ofensivo para un cuerpo aún adormecido. Se giró lentamente entre las sábanas, cubriéndose la cara con un brazo. Estaba cálido. Cómodo. En paz.

Por un instante olvidó el mundo. Hasta que, como una pequeña chispa, la imagen de un sombrero viejo y una sonrisa tonta apareció en su mente. Jungkook. En su cobertizo. Aún debía estar allí.

Se sentó de golpe.

—¡Mierda…! —susurró, pero el aroma a pan tostado y café recién hecho lo distrajo enseguida.

Bajó a la cocina y se encontró con su abuela ya sentada en la mesa, hojeando el periódico con sus enormes lentes, mientras Jimin metía un dedo en un frasco de mermelada.

—Buenos días, dormilón —saludó la señora con una sonrisa cálida—. ¿Dormiste bien?

—Sí, muy —respondió Taehyung, tomando asiento y sirviéndose jugo—. ¿Y ustedes?

—Yo soñé que Seojun me regalaba una isla —comentó Jimin, robando una tostada—. Así de bien dormí.

Rieron un poco. Era una mañana tranquila, como tantas en esa casa donde la rutina tenía sabor a familia y a vida sencilla. Pero dentro del pecho de Taehyung, había un cosquilleo constante. Jungkook.

—Abuela, ¿hay más de esta mermelada? —preguntó Jimin, haciendo una mueca—. Solo queda un dedo.

—En la cocina ya no hay, pero debe haber uno de esos frascos grandes en el cobertizo —respondió la señora sin mirar, dando un sorbo a su café.

Taehyung, que justo se llevaba una tostada a la boca, se congeló.

—¡Yo voy! —dijo de inmediato, con falsa naturalidad, levantándose—. Yo la busco.

—¿Desde cuándo te ofreces voluntario? —preguntó Jimin, entrecerrando los ojos—. ¿Qué escondes?

—Nada. Solo que estás comiendo y—

—No, no, no. Ahora quiero ir yo. Algo raro estás tramando.

—Jimin, de verdad, déjame ir yo.

—¡No! —Jimin ya estaba de pie, dispuesto a cruzar el jardín—. Si te pones tan insistente, es porque hay algo sospechoso. ¿Acaso escondiste ahí un cadáver?

Taehyung lo siguió a paso rápido.

—¡No abras esa puerta, Jimin!

—¿Por qué no?

—Porque hay… ¡hay ratones!

Jimin giró en seco con cara de asco.

—¿Qué?

—¡Sí! Muchos. Un ejército. Y con sombreros.

—¿Estás inventando cosas?

—Sí. ¡No! Digo, no, no estoy. ¡Solo no abras esa puerta!

—¡¿Entonces qué escondes ahí?! ¿Es un cuerpo? ¿Una ex? ¿Fotos mías con Yoongi? ¡Dímelo!

La pelea crecía en tono y en drama hasta que, de pronto, la voz de la abuela los interrumpió desde la cocina:

—¡Jimin! ¡Aquí está la mermelada! Estaba en el refrigerador, hijo.

Jimin se detuvo, frustrado.

—¡Vieja mentirosa! —gritó de regreso, resignado, antes de girarse hacia Taehyung—. Me debes una explicación.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Donde viven las historias. Descúbrelo ahora