CAP 17

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-- ATRACCIONES Y DISTRACCIONES --

El sol de media mañana caía con calidez sobre los caminos vacíos del parque de diversiones, cuyos colores brillaban como si despertaran solo para ellos. Las ruedas detenidas, los carritos alineados, los puestos de algodón listos, todo parecía en pausa, como si esperaran a los protagonistas de una historia escrita en secreto.

Taehyung abrió los ojos lentamente, aún con los latidos acelerados por la caminata guiada a ciegas. Lo primero que vio fue una gran noria detenida, sus cabinas brillaban bajo la luz del sol, reflejando el cielo azul. A lo lejos, las montañas rusas dibujaban líneas onduladas sobre el horizonte, y los juegos de feria decoraban el ambiente con banderines coloridos que se mecían con la brisa.

Taehyung dio un paso hacia adelante, como si necesitara comprobar que era real.

-¿Hiciste esto... solo para que viniéramos tú y yo? -preguntó, con los ojos aún brillando de asombro.

-No quería multitudes. Y... pensé que tal vez necesitabas un lugar donde reírte un poco. Sin cámaras, sin dramas, sin recuerdos -dijo Jungkook, con una sinceridad que Taehyung no supo cómo responder de inmediato.

El mayor lo miró, esta vez sin bromas, sin muros. Y por primera vez, entendió que este chico frente a él no era solo una estrella pop. Era alguien que, de alguna forma, veía más allá de lo que él mostraba.

-Gracias -dijo finalmente, con voz baja.

Jungkook solo asintió.

Y así, entre la emoción silenciosa y los colores brillantes de un parque vacío, comenzó una de esas memorias que uno guarda para siempre.

Jungkook sonrió con cierta timidez, mientras Bam corría emocionado entre ellos, como si también comprendiera lo especial del momento.

Taehyung volvió a mirar el parque, como si intentara grabarlo todo en su mente.

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--- TAEHYUNG ---

Nunca imaginé estar aquí. No con él. No en este tipo de silencio.

Caminábamos despacio, y a cada paso el parque parecía despertar. Había un tipo de magia en la soledad compartida: ningún niño gritaba, no había filas, ni voces ajenas... solo nosotros, y ese perro precioso corriendo de un lado a otro. Jungkook reía cada vez que Bam intentaba subirse a una de las rampas decorativas, y yo… yo no podía dejar de mirarlo.

A veces me pregunto cuándo empezó esto. No sé si fue cuando nos escondimos de sus fans, cuando me protegió o cuando me miró como si realmente me viera. Lo único que sé es que, en este momento, mi pecho se siente menos pesado. Y eso ya es mucho.

— ¿Subimos primero al barco pirata? —preguntó él con una sonrisa de niño.

— ¿Estás seguro de que no vas a gritar? —bromeé, intentando sonar relajado, aunque la forma en la que me miraba me deshacía por dentro.

Nos subimos. Gritamos. Reímos. Gritó más él. Y al bajarnos, sentí que mis manos seguían temblando, pero no solo por la adrenalina, sino por la suya, que en algún momento tomó la mía sin pensarlo. La soltó rápido, con una risa nerviosa, pero ya era tarde. Lo había sentido. Ese calor.

Después, fuimos a los carritos chocones, aunque chocábamos más entre nosotros que con los otros autos vacíos. A cada golpe, a cada risa compartida, algo dentro de mí se rendía un poco más.

Nos sentamos a comer algodón de azúcar, mientras Bam se echaba a nuestros pies. Le pregunté por su niñez, por lo que hacía antes de los escenarios, por lo que soñaba cuando aún no sabía que iba a ser famoso.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now