: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 28

----- EN TU MENTIRA -----

— AL DÍA SIGUIENTE —

El reloj marcaba las 6:12 a.m.

Había dormido apenas dos horas. Si se le podía llamar "dormir" a ese constante abrir y cerrar de ojos con el corazón latiendo como si estuviera corriendo una maratón.

Su desayuno estaba intacto. El café frío. Las tostadas duras. Jungkook estaba sentado en la mesa de mármol de su cocina con el traje ya puesto —elegido meticulosamente por el equipo de imagen—, pero el alma la tenía hecha trizas.

La entrevista sería a las 8:00 a.m., en vivo. Nacional. Inevitable.

Cada segundo que pasaba, sentía como si su garganta se cerrara más.

Su madre entró a la cocina, le acarició el hombro y le dejó una mirada llena de una ternura fingida, esa que se usa cuando uno no sabe si consolar o empujar a alguien por un acantilado. No dijo nada. Ya no hacía falta.

Su padre, serio, lo esperaba junto al productor Jeong en la sala. El auto estaba afuera desde las cinco y media.

Pero Jungkook seguía ahí, atrapado en su propia cabeza.

“Diles que no lo conoces.”
“Di que fue un rumor.”
“Hazlo por tu carrera.”
“Por tu futuro.”
“Por tu imagen.”

Respiró hondo, y de inmediato una ráfaga de recuerdos le golpeó el pecho como una ola helada.

Taehyung sonriendo en el parque.
Taehyung leyendo uno de sus poemas.
Taehyung robándole las llaves a Jimin en la playa.
Taehyung riendo mientras nadaban en el lago.
Taehyung, llorando en la cabina telefónica.

Y luego… el silencio de estos días.

El vacío que solo había crecido desde la última vez que lo vio.

—¿Estará bien…? —murmuró para sí, bajando la mirada.

Ya en el auto, camino al set, Jungkook no dijo una palabra. Jeong iba repasando posibles preguntas y respuestas. Su padre revisaba su celular compulsivamente. Su madre rezaba mentalmente.

Jungkook solo miraba por la ventana, deseando que el tiempo se detuviera.

Cuando llegaron al set, fue recibido por asistentes, técnicos y personal de producción. Todos le daban miradas que trataban de ser normales, pero se notaba la tensión. Era un murmullo contenido. Como si todos supieran que estaban a punto de presenciar una bomba a punto de estallar.

Lo condujeron al camerino. Luego al área de maquillaje. Luego a la silla en el estudio.

7:45 a.m.

Faltaban quince minutos.

—¿Estás listo? —le preguntó Jeong, con tono firme.

Jungkook asintió débilmente. Pero por dentro, no estaba nada listo.

Se acomodó frente a las cámaras. Luces. Monitores. El presentador saludaba al público desde fuera de escena. Todo estaba a punto de comenzar.