Entonces, la puerta del baño se abrió.
Y con ella, entró el silencio más incómodo.

—Wow… —una voz que conocía demasiado bien se deslizó por el aire como una cuchilla envuelta en terciopelo—. Mierda… Taehyung.

El corazón de Taehyung dio un vuelco.

Minho.

Lo miró de pies a cabeza, sin el menor pudor, con los ojos brillantes por el alcohol y la lengua floja de palabras atrevidas.

—Estás… precioso. No sabía que eras tú hasta que te vi así, sin ese antifaz. Qué cambio… —dio un paso más cerca—. Siempre fuiste hermoso, pero ahora... estás de infarto.

Taehyung no respondió. Dio un paso hacia la salida, esquivándolo. Pero Minho extendió una mano y lo detuvo por la muñeca, con suavidad, pero con esa presión insistente que conocía tan bien.

—Espera, Tae. Solo… quería hablar. Recordar lo nuestro —musitó, acercándose demasiado, con una sonrisa torcida.

—No hay nuestro, Minho —respondió él con frialdad, intentando soltar su mano.

—Vamos, no finjas. Sé que aún hay algo entre nosotros. Puedo sentirlo. Estás solo… yo también. Podríamos...

—¿Qué? ¿Besarnos como si nada? —interrumpió Taehyung, burlón, pero con una chispa de enojo comenzando a incendiarle el pecho.

Minho sonrió, creyendo que aquello era coqueteo.
Se acercó aún más, inclinando el rostro, buscando su boca.

Y justo ahí, cuando los labios estaban a un suspiro de encontrarse, Taehyung giró la cara y se apartó.

Con fuerza.

—Eres patético, Minho.

El silencio se hizo inmediato. Incluso el eco del grifo lejano pareció desaparecer.

Taehyung lo miró con todo el peso de los recuerdos encima, con todo el desprecio acumulado en su garganta.

—Tú me perdiste. ¿Lo entiendes? No fue un accidente, no fue un error. Fuiste tú. Tus mentiras. Tus juegos. Tus traiciones. Me hiciste dudar de mi valor, me rompiste por dentro. Y ahora vienes, medio borracho, creyendo que puedes volver con un par de cumplidos baratos.

Minho parpadeó, sin saber qué responder.

—No soy ese niño tonto que lloraba por ti —continuó, su voz firme, sin temblor—. Me hiciste mierda, Minho. Y sobreviví. Ahora mírame bien, porque esta es la última vez que te permitiré estar cerca.

Y con eso, Taehyung se giró.

Volvió a colocarse el antifaz con un movimiento digno y elegante, como si el gesto en sí marcara un nuevo comienzo.

Caminó hacia la puerta, la abrió de golpe…

Y ¡bam!

La madera chocó con algo —o alguien— al otro lado. Se escuchó un quejido apagado y el sonido de un cuerpo tambaleándose.

—¡Ah, diablos! —dijo esa voz al otro lado, sobándose la frente.

Taehyung se tensó. El corazón se le detuvo un instante. Pero no pudo ver quién era… no aún.
Solo alcanzó a notar que no llevaba antifaz.


---- JUNGKOOK ----


Llevaban más de una hora dentro de aquella fiesta. El salón entero estaba cubierto de luces tenues, con reflejos violetas, dorados y azulados danzando en cada rincón. El ambiente era vibrante, y sin embargo, Jungkook se sentía desconectado, caminando entre la multitud como si fuera invisible, como si toda aquella música estuviera a destiempo con el ritmo en su pecho.

Você leu todos os capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Aug 12 ⏰

Adicione esta história à sua Biblioteca e seja notificado quando novos capítulos chegarem!

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Onde histórias criam vida. Descubra agora