: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 30

—Solo quiero saber, hyung. Necesito saber —respondió con los ojos brillando de urgencia.

Yoongi negó con la cabeza.

—Jungkook… estás literalmente peinado, vestido y parado como Jungkook. Vas a caminar hacia un grupo de adolescentes. ¿Sabes lo que va a pasar?

Jungkook suspiró, frustrado.

—Puedo ponerme la capucha…

—¿Y qué? ¿Crees que no van a reconocer esa cara incluso con capucha?

Yoongi resopló. Luego, tras un segundo de duda, abrió su propia puerta.

—Yo voy. Ellas no me conocen tanto. Para ellas soy solo un tipo raro con gorra y ojeras.

Jungkook frunció el ceño.

—Pero… ¿y si te reconocen también?

Yoongi lo miró con cara de “¿en serio?”.

—Jungkook, soy el menos reconocible de los dos . Si me reconocen, probablemente piensen que soy el tío que reparte volantes del festival. Tú quédate aquí, cierra la puerta y actúa como si no existieras.

Jungkook apretó los dientes, pero asintió. Sabía que Yoongi tenía razón.

—Está bien. Pero no tardes.

Yoongi se echó a reír mientras salía del coche.

—¿Qué crees que voy a hacer? ¿Bailar con ellas?

Se acomodó la gorra, bajó las mangas de su chaqueta y cruzó la calle con pasos tranquilos. Jungkook lo observó desde el asiento, cruzando los brazos sobre el pecho, intentando no reventar de ansiedad.

Miró de nuevo el cartel. El fondo blanco. Las letras rojas. “GRAN BAILE ESCOLAR – PREPARATORIA DE DAEGUN– ¡PRONTO!”

Sus dedos tamborileaban contra su brazo.

Taehyung, pensó.

Por favor… dime que vas a ir.

El sonido de los pasos apresurados de Yoongi lo sacó de sus pensamientos. Jungkook alzó la mirada desde el asiento del copiloto, aún con los brazos cruzados y el ceño fruncido por la ansiedad contenida.

—Ya tengo la información —anunció Yoongi apenas abrió la puerta del auto y se sentó, ligeramente agitado por la carrera—. El baile es esta noche.

Jungkook parpadeó.

—¿Esta noche?

—Sí —confirmó—. Y es con temática elegante. Enmascarado, formal. Todo muy de película.

Por un instante, Jungkook se quedó en silencio. Luego asintió lentamente, mientras su mente se activaba como un engranaje recién lubricado. Sentía cómo la idea que apenas germinaba empezaba a tomar forma con más fuerza que nunca.

—Entonces... —susurró— será esta noche...

—Eso acabo de decir, genio —replicó Yoongi con una ceja alzada, abrochándose el cinturón—. Así que tenemos que movernos. No hay tiempo que perder si realmente piensas hacer algo.

Jungkook giró su rostro hacia él, la mirada cargada de determinación mezclada con un dejo de incertidumbre.

—¿Cómo se supone que voy a encontrar un atuendo formal y una máscara en este pueblo? —preguntó, empezando a encender el motor con una mezcla de prisa y desesperación—. No hay tiendas grandes, y no puedo ir a comprar nada sin causar un caos.

Yoongi soltó una carcajada breve, ladeando la cabeza con burla.

—Dios, Jungkook, dramatizas más que en tus videoclips —se burló—. ¿Crees que el mundo va a colapsar por eso? Relájate. Tengo contactos. Ya hice un par de llamadas. Nos están esperando a unos minutos de aquí, en un taller privado que alquila vestuario para eventos de gala. Discreto y sin preguntas.