: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 30

—Sí, señora… o bueno, no. —Jungkook se rio por lo bajo. —Supongo que no del todo.

Ella caminó hasta sentarse en un banquito del jardín, y con una mano le indicó que hiciera lo mismo.

—Soy la señora Eunja. ¿Y tú?
—Jeon Jungkook…
—¿Jeon Jungkook, el cantante?

Él dudó por un segundo, pero luego asintió, sin fuerza para ocultarlo.

—Vaya… entonces eres tú. No te ves como en las fotos, pero te reconocería esa tristeza en cualquier parte.

Jungkook apretó los labios.
—No sabía que era tan evidente.

—Para alguien que ha vivido mucho, lo es. ¿Quieres hablar?

Y por primera vez en mucho tiempo… Jungkook habló.

Le contó todo.
Su carrera, el brillo y el peso de la fama, los sacrificios que había hecho, los errores que cometió. Le habló de cómo se había perdido en decisiones que no sentía suyas, de cómo intentó encajar en una imagen que otros esperaban de él.

Y le habló de Taehyung.
De ese chico que había llegado a su vida como un torbellino.
De las noches que no podía dormir recordando su sonrisa.
De cómo se enamoró sin querer, sin saberlo, y cuando quiso hacerlo bien… ya lo había perdido.

—Estoy aquí para buscarlo, señora —confesó con los ojos vidriosos. —No sé si va a perdonarme, no sé si me va a escuchar siquiera. Pero si no lo intento, me voy a arrepentir toda la vida.

Eunja lo observó con ternura. Le sostuvo la mirada durante un largo rato y luego habló, con esa voz que parecía arrullar.

—A veces, hijo… perderse es la única manera de encontrarse.
—¿Y si cuando me encuentre ya es tarde?
—Entonces tendrás algo más importante que el perdón: la certeza de que diste todo por amor. Y el amor verdadero, cuando es sincero, no se va. Solo se asusta… pero siempre vuelve a casa.

Jungkook bajó la mirada, sintiendo cómo esa frase se le clavaba en el alma.

—El amor verdadero… siempre vuelve a casa… —repitió en un susurro.

—Guárdala en el corazón, Jungkook. Puede que te sirva más adelante.

Justo en ese momento, Yoongi apareció por detrás, medio dormido y rascándose la cabeza.

—¿Estás bien, Kook? Te demoraste mucho.

Jungkook levantó la mirada para presentarle a la señora, pero…
La banca estaba vacía.
La señora Eunja no estaba.
No se escucharon pasos, ni portazos, ni crujidos. Simplemente… había desaparecido.

—¿Eh? —parpadeó Jungkook, desconcertado.
—¿Con quién hablabas? —preguntó Yoongi.
—Con… —miró a su alrededor. Nada. Ni rastro.
—¿Estás bien? —insistió su amigo.
—Sí… sí. Solo… tuve una conversación importante, eso es todo.

Yoongi frunció el ceño, pero no preguntó más.
Jungkook solo miró una vez más al cielo…
Y en lo profundo de su pecho, la voz de la anciana seguía repitiéndose:

"El amor verdadero… siempre vuelve a casa."

La brisa nocturna era fresca y suave, perfumada con los aromas de madera antigua, flores secas y tierra mojada. Jungkook se había quedado unos segundos más en el mismo sitio, mirando el punto donde, apenas hace un momento, había estado sentada aquella señora de mirada dulce y voz serena. El silencio que dejó tras su partida era casi sagrado.

Pero unos pasos familiares lo sacaron de ese trance.

—¿Estás bien? —preguntó Yoongi al aparecer detrás de él, con una botella de agua a medio terminar en la mano.