—Mejor —rió Jimin—. Así cuando lo hagan, ya habrás bailado, sonreído, reído y brillado tanto, que nadie tendrá derecho a decir nada. Y los que hablaron mal, querrán saber quién era el chico de antifaz.
Taehyung lo miró en silencio. Y luego, sin decir nada, lo abrazó con fuerza.
—Gracias.
—Vamos, no llores ahora. Aún tenemos que encontrar la máscara perfecta. Y tiene que combinar con tu traje —dijo Jimin, emocionado, arrastrándolo al interior de la tienda.
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El lugar olía a terciopelo antiguo y perfume de papel. Estaban rodeados de estantes llenos de máscaras de todos los colores. Taehyung extendió una mano y rozó una blanca con detalles dorados. Era delicada, casi etérea.
—Esa es preciosa —dijo Jimin—. Pero mira esta otra.
Sostenía una máscara negra con cristales apenas visibles al girarla en la luz. Elegante, misteriosa, perfecta para ocultar… o resaltar.
—¿Y tú cuál usarás?
—Una azul medianoche. Con plumas negras. Obvio —dijo, posándosela con dramatismo—. Digno de un cisne salvaje.
Taehyung soltó una carcajada que lo alivió de golpe.
Esa tienda, esa tarde, y ese gesto… le estaban devolviendo el alma.
--- JUNGKOOK ---
Había anochecido cuando el auto alquilado por fin se detuvo frente a un modesto callejón lleno de casas viejas de tejas encorvadas por el tiempo. Las luces cálidas de los faroles colgantes parpadeaban como luciérnagas cansadas, y Daegu se extendía silencioso y ajeno ante los dos viajeros que acababan de llegar.
Jungkook se bajó con cuidado, llevando su mochila en la espalda y los ojos brillando por la mezcla de nostalgia y ansiedad.
—Al fin… —susurró, y acto seguido se agachó para besar la tierra, literal, como si hubiese vuelto de una guerra personal que sólo él entendía.
Yoongi soltó una carcajada.
—No sabía que el ferry podía convertirte en tan dramático.
—Ese ferry fue el infierno —gruñó Jungkook, levantándose. —Y tú te dormiste todo el viaje.
Caminaron por algunas calles, buscando un lugar donde hospedarse. Tuvieron que descartar varias opciones: unas eran demasiado caras, otras estaban llenas, y algunas lucían dudosas. Fue después de bastante rato que llegaron a una casa tradicional, con una entrada de madera y faroles amarillentos. Un letrero colgaba a un lado: "Hospedaje Halmeoni — Bienvenidos con el corazón".
Una abuelita les abrió la puerta con una sonrisa arrugada pero cálida.
—¿Buscan dónde quedarse, jovencitos?
Con una reverencia y un tono educado, ambos explicaron que sí. Sin hacer demasiadas preguntas, la mujer los acogió. Les preparó té y les ofreció dos habitaciones simples pero limpias y agradables.
---- UN RATO DESPUÉS ----
Ya adentro, ambos se ducharon y se pusieron ropa cómoda. Yoongi se dejó caer en su cama sin decir una palabra más, mientras Jungkook, con la mente inquieta, decidió salir al pequeño jardín que tenía vista al cielo.
Las estrellas estaban despejadas esa noche. Brillaban como nunca. Tal vez porque por fin había regresado a sus raíces, a un suelo que conocía aunque le fuese ahora lejano.
Se abrazó a sí mismo, sin saber si era por el frío o por esa melancolía que llevaba días arrastrando.
—¿Está todo bien, hijo?.
Una voz suave lo sorprendió. Al voltear, vio a una segunda abuelita, diferente de la que los recibió, parada a un costado del patio, con una manta sobre los hombros y ojos sabios que parecían verlo por dentro.
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: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :
FanfictionTaehyung viaja con su familia los Ángeles para ver a su abuela. Su hermano mayor Jimin, está contentísimo pues piensa conocer a su ídolo El joven y guapo cantante Joen Jungkook . A Taehyung le parece una idea ridícula y no entiende Jimin pues , siem...
CAP 30
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