Y sí, lo había hecho. Lo volvería a hacer si hiciera falta. Pero eso no significaba que doliera menos.
La rutina siguió como cualquier otra: me duché, me puse lo primero que encontré, bajé a desayunar en silencio, con Jimin ya camino a la preparatoria y mamá tarareando canciones en la sala mientras limpiaba . No dije mucho. Últimamente hablaba poco. Las palabras pesaban.
La preparatoria no quedaba lejos. Caminé con mis auriculares puestos, fingiendo que la música era suficiente para ignorar el mundo. Pero el mundo no dejaba de empujar.
Ya en clase, intenté concentrarme en los apuntes de Historia, aunque apenas escuchaba al profesor. Me sentía ajeno. Ajeno a la pizarra, a los libros, a los alumnos... a todo. Como si estuviera mirando mi vida desde afuera, desde una ventana empañada.
En el descanso, salí al patio trasero. El rincón donde solía dibujar ahora era mi refugio. Me senté contra la pared, bajé la mirada y saqué el cuaderno. Había comenzado a escribir otra vez. No cartas para nadie. Solo pensamientos sueltos. Palabras que no podía decirle a nadie.
"Extrañar no debería doler si sabes que nunca fue tuyo."
"Qué ironía que el silencio me abrace más que la gente."
No escuché los pasos hasta que fue tarde.
-Tae.
Mi cuerpo se tensó. Conocía esa voz. La conocía demasiado bien. Levanté la mirada y ahí estaba.
Minho.
El chico que me rompió justo antes de que mi vida colapsara por completo. El que tenía nuevas fotos con otra chica desde que yo me fui a Los Ángeles. El que hizo promesas vacías, de esas que se evaporan cuando las necesitas.
Me puse de pie de inmediato. Mi voz fue cortante:
-¿Qué quieres?
Minho lucía nervioso. No era su actitud habitual. Él siempre se mostró seguro, confiado. Ahora parecía alguien que sabía que estaba pisando un terreno que ya no le pertenecía.
-Solo... quería hablar. Un segundo. No te quitaré mucho tiempo.
-No tenemos nada que hablar, Minho -respondí, directo.
Pero no se fue. Se quedó allí parado, mirándome con esa expresión que mezcla culpa con algo más... ¿arrepentimiento?
-Por favor. Solo cinco minutos. No es por nosotros... es por ti. Te juro que solo quiero decirte algo.
Lo dudé. Lo miré. Respiré profundo.
Quizás necesitaba cerrar este ciclo. Dejar que las palabras perdidas fueran dichas para siempre. Así que asentí, seco, y me giré.
-Vamos a las escaleras traseras.
Él me siguió en silencio, como si supiera que ese "sí" era un privilegio que no merecía.
Cuando llegamos, me senté en el último peldaño de las escaleras, como si no importara que estuviera sucio o frío. El concreto raspaba la tela del pantalón, y el sonido de los alumnos entrando a clase se alejaba como un murmullo lejano. No quise mirarlo. Sabía que si levantaba la vista y veía esa cara -la misma que una vez me hizo sonreír sin esfuerzo-, podría confundirme.
Minho no dijo nada enseguida. Y yo tampoco lo obligué.
Porque antes de escuchar su voz otra vez, vinieron las memorias.
---
Minho había sido diferente.
Lo conocí en el club de arte, cuando yo todavía creía que los sentimientos se podían esconder dentro de un trazo, que el amor no dolía si lo pintabas con suficiente color. Éramos opuestos en todo: él usaba acrílicos y colores vivos, como si todo en su mundo fuera una fiesta; yo usaba tinta negra y líneas delicadas, buscando el detalle que nadie más veía.
YOU ARE READING
: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :
FanfictionTaehyung viaja con su familia los Ángeles para ver a su abuela. Su hermano mayor Jimin, está contentísimo pues piensa conocer a su ídolo El joven y guapo cantante Joen Jungkook . A Taehyung le parece una idea ridícula y no entiende Jimin pues , siem...
CAP 29
Start from the beginning
