Pero lo peor fue que, a mitad de vuelo, un bebé me lanzó su jugo de uva directo al pecho. ¿Y adivina qué? El jugo... fermentado. Mi camisa favorita olía como una fiesta de universidad.

-Estás perdiendo la dignidad, Kook. -me dijo Yoongi, intentando aguantar la risa mientras limpiaba mi pecho con servilletas del avión.
-Ya no me importa. He perdido la dignidad desde que me enamoré de un chico con un lunar en la nariz y que me odia -le contesté, dramático, mirando por la ventanilla como en una telenovela.

-

Llegada a China -> Ferry rumbo a Corea

Cuando aterrizamos en China, aún bajo la fachada de un "viaje de descanso", me sentí orgulloso. Nadie nos había descubierto. Hasta ahora.
Pero entonces, llegó la parte más horrible del viaje: el ferry.

Quien haya dicho que el mar es relajante... claramente no ha estado conmigo en una embarcación.

-No puedo hacer esto -murmuré, mirando el barco como si fuera un monstruo marino dispuesto a tragarme entero.

-Es agua, Jungkook. Y un poco de movimiento. Ya has hecho videos bailando sobre plataformas flotantes más peligrosas.

-¡Pero ahí había cámaras y coreógrafos! ¡Aquí hay tiburones y vómito! -me quejé, aferrado a la barandilla del puerto como si fuera mi última línea de defensa.

No habían pasado ni diez minutos en el ferry y ya sentía que el alma se me salía. Yoongi me daba palmadas en la espalda mientras yo luchaba por no dejar mi desayuno decorando la cubierta.

-Ughhh... ¿a quién se le ocurre cruzar el mar por amor? -susurré con la cara metida en una bolsa.

-A ti, Romeo. Al menos tu historia no termina en veneno. Aunque si sigues con esa cara, tal vez sí en deshidratación -dijo Yoongi, pasándome agua con gas.

Pero lo peor... no era el mareo. Ni el movimiento. Ni el frío del viento marino.
Lo peor era que en cada ola, en cada segundo de incomodidad, solo pensaba en él.

Taehyung.
Su risa.
Su forma de mirar sin hablar.
La vez que me escribió ese texto sobre lo que se sentía ser invisible.

No importaba si tenía el estómago retorcido o la ropa arrugada, su imagen no salía de mi cabeza.
Y entonces lo supe: ese viaje no era solo para pedir perdón.
Era para decirle la verdad. Que no dejé de pensar en él ni un solo día.

-

Así seguimos, entre vómitos y olas, rumbo a Corea del Sur.
Y aunque aún faltaba mucho por recorrer, tenía claro que no me importaba nada más.

Ni los paparazzis.
Ni los fans.
Ni el miedo.
Solo él.
Taehyung.

Y si tenía que cruzar el mundo disfrazado de turista perdido con mi mejor amigo malhumorado al lado... lo haría.
Una y mil veces.

Un rato después, mientras soportaba el hecho de querer vomitar el desayuno.

-Yoongi... ¿estás seguro que este ferry es seguro? Porque siento que estamos en una lata flotante con olor a sardinas.

Yoongi rodó los ojos. Otra vez.

-Jungkook... no estamos en una "lata flotante". Es un ferry de lujo. Tiene baño privado, aire acondicionado y ni un solo pez en la cabina. Cálmate.

-¡Pero vibra raro! ¿No sientes? ¡Está vibrando como si un cachalote nos estuviera empujando desde abajo! ¡Nos vamos a hundir! ¡Nos va a tragar una ballena coreana, Yoongi!

-...¿Tú sabes que las ballenas no hacen eso, cierto?

No sabía. Pero no pensaba rendirme ante la amenaza marítima. Caminé tambaleándome por el pasillo del ferry como si el piso estuviera en modo terremoto. Tenía náuseas. Dolor de cabeza. Y pánico emocional. Todo a la vez. ¿Era normal eso? ¿Era amor? ¿O era el almuerzo de aeropuerto?

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now