: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 29

Al llegar a una pequeña plazoleta que quedaba de camino, se detuvieron para tomar algunas fotos. Taehyung sacó su celular y, con el cielo de fondo, hicieron caras graciosas, una donde salían abrazados, otra con Jimin estirando la cara de su hermano como si fuera plastilina.

-¡Sube esta, sube esta! -decía Jimin entre risas, mientras señalaba una donde Taehyung tenía los ojos cruzados por accidente-. Esta será icónica.

-Eres el demonio -replicó Tae, aunque también reía mientras editaba una de las fotos.

Se sentaron un rato en una banca, revisando las redes, viendo memes, y compartiendo videos cortos de animales vestidos con disfraces absurdos. Fue entonces que Jimin se detuvo al ver algo que llamó su atención.

-Espera... ¿esto es real? -murmuró mientras hacía zoom en la pantalla-. Mira esto, Tae.

Taehyung acercó el rostro al celular, extrañado. Lo que vio fue una imagen publicada por una página de espectáculos: Daniela -la reconocida influencer y, hasta donde sabían, aún novia de Jungkook- caminando por las calles de Nueva York junto a otro chico... uno bastante conocido también. Estaban tomados de la mano, ambos sonriendo con una complicidad que dejaba poco a la imaginación.

"Daniela y Jihoon: ¿el nuevo romance del verano?", decía el titular.

-¿Ese no es... el actor de dramas? -preguntó Jimin, frunciendo el ceño-. El que hizo de chef en esa serie donde todos lloran al final.

Taehyung asintió con lentitud, sin quitar los ojos del celular.

-Sí... él mismo.

Hubo un breve silencio. Jimin lo notó. El cambio sutil en la expresión de su hermano. No era enojo. No era sorpresa tampoco. Era una especie de vacío.

-¿Estás bien? -preguntó, sin rodeos.

Taehyung tardó un segundo en contestar. Desvió la mirada, respiró profundo y luego asintió.

-Sí. Al final... es cosa de personas que no conozco, ¿no?

La sonrisa que esbozó fue débil, pero real. No había celos, no tenía razones para sentirlos. Pero había algo más: una punzada de preocupación.

Porque él sí conocía a alguien involucrado. A alguien que, por más que intentara convencerse de lo contrario, le importaba.

Jimin lo observó en silencio, respetando su espacio. Sabía que a veces Taehyung decía "estoy bien" cuando en realidad estaba tratando de convencerse a sí mismo de que lo estaba. Pero también sabía cuándo no presionar.

-Quizá deberíamos dejar el chisme hasta ahí -dijo, cerrando la app-. No es nuestra historia.

-No lo es -repitió Tae, aún con la mirada en el suelo-. Pero me preocupa Jungkook... no sé por qué.

-Porque eres empático -dijo Jimin, dándole un pequeño golpe en la pierna con el codo-. Y porque, aunque no lo digas, te importa.

Taehyung no respondió. Solo se levantó de la banca, estirándose, y Jimin lo imitó.

Ambos comenzaron a caminar nuevamente por las calles tranquilas del barrio. Las luces de las casas ya estaban encendidas y el cielo estaba cubierto por un azul cada vez más profundo.

Y aunque no lo dijeran en voz alta, ambos pensaban lo mismo: que a veces el corazón no necesita razones para doler por alguien. Que incluso cuando parece no tener sentido, la preocupación por quien nos marcó -aunque sea solo un poco- siempre encuentra su forma de colarse en el pecho.

Y siguieron caminando. Uno junto al otro, como siempre.

Minutos de camino hacia casa después.

La puerta se cerró detrás de ellos con un chirrido familiar. El olor a incienso de lavanda flotaba en el aire del recibidor, mezclado con el de una comida recién preparada que aún dejaba su rastro en el ambiente.