Ella asintió, un poco aliviada, aunque aún le brillaban los ojos.

—Lo sé, lo sé. Pero ya ves… una es viejita y a veces escucha con el corazón más que con los oídos —respondió con dulzura, dándole un toquecito en la rodilla—. Por eso tenía que preguntarte.

Taehyung bajó la mirada y asintió lentamente.

—Sí quiero irme… —murmuró después de unos segundos—. Me siento agotado, halmeoni. Como si ya no tuviera nada más que hacer aquí. Como si este lugar ya… ya no tuviera espacio para mí.

—¿Seguro? —preguntó con suavidad, sin presionarlo.

—Sí —dijo él con firmeza, aunque con un dejo de tristeza—. Extraño mi rutina. Mis libros. Mi ventana. Y aunque allá no todo sea perfecto, por lo menos no duele así.

La abuela suspiró y lo miró con cariño, sin reproches. Solo asentía, como si su corazón entendiera más de lo que él mismo podía poner en palabras.

—Te voy a extrañar, niño de ojos tristes —le dijo al cabo de unos segundos.

Taehyung sonrió por primera vez en todo el día. Fue una sonrisa pequeña, pero sincera.

—Y yo a ti.

—Bueno, ya es tarde —dijo ella levantándose con un poco de esfuerzo—. Me iré a acostar antes de que mis huesos se quejen de estar sentada tanto rato.

Cuando estaba a punto de salir, Taehyung la llamó.

—Halmeoni…

—¿Sí, mi amor?

—¿Jimin… sabe algo? —preguntó en voz baja, como si hasta el nombre pesara.

Ella se giró con una ceja levantada.

—¿Jimin? Por favor… Jimin es Jimin —dijo con ironía divertida—. Si la vida fuera un acertijo, él sería el último en resolverlo.

Taehyung no pudo evitar reír bajito, negando con la cabeza.

—No le digas nada, por favor —pidió con suavidad.

—No lo haré —prometió ella—. Aunque tarde o temprano, las verdades encuentran su camino. Pero mientras tanto… descansa tu corazón. Y Taehyung-ah… —añadió antes de cerrar la puerta—, el hecho de que alguien no sepa cómo amarte, no significa que tú no merezcas amor.

Las palabras flotaron en el aire aún mucho tiempo después de que ella se fue.

Y entonces, solo, en la tranquilidad de la noche, Taehyung se puso de pie. Caminó hasta el closet, sacó su maleta gris, y comenzó a empacar.

Una a una, dobló sus camisas, guardó sus libretas, sus lápices,… aunque esta vez, sin ninguna sonrisa. Nada era igual. Nada sonaba igual en su pecho.

El regreso había comenzado.

Y aunque sus pies volvieran al mismo suelo de siempre… su corazón no sería el mismo de antes.

--- AL DÍA SIGUIENTE ---


El amanecer se filtraba por la ventana como un susurro pálido. El cielo estaba teñido de un gris suave, como si incluso el clima comprendiera que esa no era una mañana cualquiera.

El sonido del despertador no fue necesario. Taehyung llevaba despierto desde mucho antes de que el sol asomara. Había pasado gran parte de la noche mirando al techo, con los ojos húmedos y el corazón adormecido. Cuando por fin se levantó, lo hizo en silencio. No quería despertar a nadie.

El cuarto estaba lleno de cajas y una maleta cerrada al pie de la cama.

Cada movimiento se sentía mecánico: lavarse el rostro, cepillarse los dientes, peinarse con la misma ropa que la noche anterior había dejado sobre la silla. No tenía fuerzas para pensar en algo más.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now