—Sí… claro.

—Genial —dijo, dándole un beso en la mejilla y saliendo como si nada—. ¡Nos vemos en las premiaciones!

La puerta se cerró y Jungkook parpadeó, confundido.

Cuando giró la cabeza hacia la ventana del estudio, vio a Yoongi con un cartel improvisado escrito en una hoja de cuaderno:
“Amigo, eres libre ”

Jungkook soltó una carcajada, negando con la cabeza.

Y justo cuando pensaba que el día no podía volverse más raro, su teléfono vibró.

Mensaje de papá: "Es urgente. Ven a casa lo antes posible. Es importante."

Jungkook se puso de pie de inmediato, el estómago haciéndose un nudo.

—¿Ahora qué…?

Sin pensarlo más, salió del estudio con prisa, sin borrar las fotos de la laptop, sin cerrar el archivo, sin detenerse.

Como si algo… estuviera a punto de cambiar.


--- UN RATO DESPUÉS ---

La mansión estaba silenciosa. Un silencio que no era paz, sino amenaza.

Apenas puso un pie dentro, Jungkook supo que algo iba mal. Muy mal.

—¡Jungkook! —la voz grave de su padre resonó desde el salón.

Él tragó saliva y avanzó, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda. Ahí estaban: su madre con el rostro tenso, su padre de brazos cruzados, y el productor Jeong, sentado al borde del sofá con una carpeta abierta sobre la mesa de centro, como si acabara de desenterrar un crimen.

—¿Qué… qué pasa? —preguntó Jungkook con cautela.

Nadie respondió por unos segundos. Fue Jeong quien habló primero.

—Cierra la puerta.

Jungkook obedeció. El clic del pestillo pareció un disparo.

—Tenemos un problema —dijo el productor con voz seca, sin rodeos—. Un problema muy grande.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Qué tipo de problema?

Jeong abrió la carpeta. Dentro había fotos impresas. Jungkook las reconoció de inmediato: él con Taehyung. En la calle. En el parque. Bajando del auto. Corriendo en la noche.

Y una, la que más le dolió ver, en la que Taehyung sonreía hacia él mientras él lo miraba con ternura.

—¿De dónde sacaron eso…? —musitó Jungkook, retrocediendo un paso.

—Los noticieros ya lo saben —respondió Jeong—. Varias revistas también. Las fotos han sido vendidas. Hemos hecho todo lo posible para frenarlo, pero… alguien habló. Y esto saldrá a la luz. Mañana.

Un golpe sordo retumbó en su cabeza.

—No… no puede ser. Yo fui cuidadoso. No me expuse…

—¡¿Ah, no?! —exclamó Jeong, alzando la voz—. ¿Y qué es esto entonces? ¿¡Turismo secreto con tu “paciente”!? ¿Salir con un chico en público creyendo que nadie te vería?

—¡Yo no…! ¡Yo no sabía que alguien nos había seguido!

—¡Eso no importa ya! —intervino su madre, con los ojos grandes de miedo—. ¡Lo que importa es qué hacemos ahora!

—Esto puede destruirte, Jungkook —dijo su padre, serio—. Puede destruir todo por lo que has trabajado.

Jeong respiró hondo y los miró a todos.

—Hay una salida. Una sola.

El aire se volvió espeso.

—El canal que consiguió esta primicia es el programa de variedades “Dispatch”. Ya saben algo, pero no tienen pruebas suficientes. Si vas tú, mañana, antes de que publiquen, y les das una entrevista… podemos desactivar la bomba.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Y qué tengo que decir?

Jeong lo miró directamente.

—Negarlo. Todo. Decir que no conoces al chico. Que no sabes quién es. Que es un fan que te acosaba, Que es un rumor. Que las fotos están editadas. Lo que sea. Pero tienes que mentir.

El corazón de Jungkook se detuvo un segundo.

—¿Mentir? ¿A todo el mundo? ¿A mí mismo?

—¡A tus fans! —respondió su padre con desesperación—. ¡A tu carrera! ¡A tu imagen, Jungkook! ¡Esto no es un juego!

—¡Me están pidiendo que niegue a alguien que no les hizo nada! —replicó, levantando la voz por primera vez—. ¡Taehyung no es famoso, ni tiene culpa! ¡¿Y si él sale afectado?!

—¡Por eso mismo! —interrumpió Jeong—. Si no lo niegas, él también caerá. Todos buscarán quién es. Y cuando lo encuentren, lo destruirán. Él no tiene cómo defenderse. No tiene equipo, no tiene prensa, no tiene nada.

Jungkook apretó los puños. Su respiración era pesada. Se sentía sucio. Se sentía asustado.

—¿Y qué hay de mí…? —murmuró—. ¿Qué hay de lo que siento? ¿Qué hay de que… quizás no soy lo que todos creen?

El silencio se hizo espeso. Sus padres lo miraron tensos. Jeong se cruzó de brazos.

—Jungkook… lo que hagas con tu vida personal es tu problema. Pero esta industria no perdona. No lo hará. Y tú sabes lo que está en juego. No solo tu imagen: también el contrato con Universal Pictures para la película, la gira mundial, los patrocinios. Todo. Se iría al carajo.

—Tú… tú no sabes lo que se siente dudar de uno mismo cada maldito día. No saber si… si estás bien o si estás mal por querer algo que te dijeron toda tu vida que no debías.

—Claro que lo sé —dijo Jeong, mirándolo serio—. Porque lo he visto destruir a otros. Y no quiero que seas uno más. Jungkook, no te estamos pidiendo que renuncies a quien eres. Solo… mantén a salvo lo que te costó años construir.

—¿Y mentir es la forma de salvarme?

—Sí. —Jeong fue tajante—. Porque no es solo sobre ti. Es sobre todos los que están contigo. Y sí… es injusto. Pero es lo que hay.

Sus padres no dijeron nada. Solo lo miraban. Expectantes. Temerosos. Como si tuvieran al hijo colgando de un precipicio.

Jungkook bajó la cabeza. El pecho le dolía. Como si algo se hubiese roto.

Después de unos segundos, susurró:

—¿Cuándo es la entrevista?

—Mañana, 8 a.m. Transmisión en vivo. Te llevaremos nosotros.

Un nuevo silencio. Mucho más oscuro.

Jungkook asintió, débilmente.

—Está bien…

Y mientras todos suspiraban de alivio a su alrededor, él sentía que acababa de firmar su condena.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now