—¿Fotos de qué?

—Nada importante.

—¿Fotos de Taehyung?

Jungkook giró bruscamente hacia él.

—¿Qué? No… no es eso. Solo… son de aquella última vez.

—Jungkook —Yoongi se acercó con los brazos cruzados—. Estoy tratando de no meterme, pero estás más ido que nunca. Y créeme, te he visto en giras con fiebre y hasta en entrevistas con insomnio. Pero nunca te vi como hoy.

El idol suspiró, cerró los ojos por un momento y dejó caer la cabeza hacia atrás, tocando el respaldo.

—No sé qué me pasa, hyung.

—Sí lo sabes —respondió Yoongi, tranquilo—. Solo no quieres decirlo.

Jungkook tragó saliva. Miró la laptop cerrada como si quemara.

—No debería estar pensando en eso. No puedo. No me conviene. No…

—¿No qué?

—No fue nada —murmuró, más para convencerse a sí mismo—. Solo fueron un par de días raros. Fue confuso. Estoy confundido.

Yoongi no dijo nada por un momento.

—¿Y lo extrañas?

Jungkook no respondió.

No necesitaba hacerlo.

Porque en el fondo… sí.

Sí, lo extrañaba.

Extrañaba las palabras sin pretensión, la forma en la que Taehyung lo veía como si fuera simplemente un chico, no un ídolo. Extrañaba reírse sin ensayar su sonrisa, hablar sin filtros, mirar sin miedo.

Pero sobre todo… extrañaba cómo se había sentido a su lado.

—Estoy bien —repitió con voz quebrada.

Yoongi se inclinó hacia él, con la paciencia de quien conoce la verdad pero decide no empujarla.

—No tienes que decirlo ahora. Solo… no lo entierres tan hondo que luego no puedas sacarlo.

Y salió de la sala, dejando a Jungkook solo con sus pensamientos, con las fotos que no pudo borrar, y con un silencio que le decía más que cualquier canción.

Yoongi no se fue de inmediato. Volvió a entrar al estudio con dos cafés en la mano y le tendió uno. Jungkook lo aceptó sin decir palabra.

Se sentaron en el pequeño sofá de la esquina, rodeados por paredes acolchadas, como si aquel espacio pudiera guardar las palabras que estaban a punto de salir.

—Kook —empezó Yoongi con voz calma—. ¿Tú qué sientes por él?

Jungkook tardó varios segundos en responder.

—No sé.

—¿No sabes?

—No sé, hyung. No sé lo que siento, de verdad.

Yoongi lo observó con atención, no para juzgarlo, sino para descifrar el miedo detrás de sus ojos. Jungkook bajó la mirada al vaso caliente entre sus manos.

—¿Te gustó?

—Yo... —tragó saliva—. Fue diferente. Estar con él… fue diferente.

—¿Diferente cómo?

—No me sentí como “Jungkook, la estrella” —dijo, apretando los labios—. Me sentí como… como yo. Solo yo. Y eso fue lo que más me asustó.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now