: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 25

—Claro que sé —respondió Jungkook de inmediato, a la defensiva.

Taehyung giró lentamente el rostro hacia él, con una sonrisa ladeada, cargada de ironía.

—¿Sí? Entonces dime uno. Solo uno.

Jungkook se quedó quieto. Sus labios se entreabrieron, como si las palabras estuvieran a punto de salir, pero nada vino a su mente. Solo rostros vagos, sin nombres. Siluetas que pasaban de fondo en su vida.

—Eh… S-Soyun… —dijo, con una inseguridad evidente, inventando al vuelo.

Taehyung soltó una carcajada seca.

—Lo inventaste —dijo con firmeza, dando un paso hacia él—. No tienes idea de cómo se llaman. Y eso lo dice todo, Jungkook.

Jungkook bajó la mirada, avergonzado, y luego trató de quitarle peso con sarcasmo.

—No importa. Para eso está el mayordomo. Él se sabe todos los nombres. Para eso también sirve.

Taehyung lo miró con incredulidad, negó con la cabeza y siguió caminando, adelantándose unos pasos. Jungkook lo alcanzó enseguida.

—¿Y todavía crees que eso es normal? —soltó Taehyung, sin girarse—. Que tu mejor amigo sea tu chófer, que tus padres sean tus managers… y tu novia…

Se detuvo.

Se quedó en el sitio, con la mirada clavada en el suelo. Como si esa palabra lo obligara a pensar con más cuidado.

Jungkook también se frenó. Esperó.

Taehyung giró lentamente, con una expresión menos agresiva, pero más sincera.

—Las personas normales están con alguien porque los quieren. Por lo que sienten. No porque conviene. No porque queda bien en cámara —hizo una pausa—. ¿Por qué estás con Daniela, Jungkook?

Jungkook se quedó en blanco.

No era una pregunta difícil, y aun así no tenía una respuesta clara. Dudaba. Dudaba incluso de lo que creía sentir por ella. De si alguna vez sintió algo real o solo fue parte de un guion… algo que simplemente debía funcionar para todos, menos para él.

El silencio que siguió fue largo.

Taehyung no necesitó más.

—Tu silencio me responde —murmuró, dolido, dándose la vuelta y echando a andar de nuevo por la arena caliente.

Jungkook lo vio alejarse, con las manos en los bolsillos y el pecho apretado. Porque, por primera vez, se sentía expuesto. Visto. No como el ídolo, no como el producto. Sino como el chico que no sabía ni lo que sentía por la persona que se suponía debía amar.

Y eso dolía más que cualquier crítica.

—¡Para, para, espera! —exclamó Jungkook, alzando la voz mientras daba unos pasos rápidos hacia él—. Dices que mi vida no es normal… que yo no soy una persona de verdad, pero sí lo soy —agregó, con frustración en el rostro, casi suplicando que le creyera—. ¡Claro que lo soy!

Taehyung se detuvo. Giró lentamente, con una ceja alzada y una sonrisa cargada de escepticismo. Se cruzó de brazos.

—¿Ah, sí? —preguntó, entornando los ojos—. Demuéstramelo.

Y sin más, siguió caminando con calma, como si lo desafiara a seguirlo.

Jungkook lo hizo, sin pensarlo.

—¡Bueno! ¿Y si te contara algo que no le he dicho a nadie?

Taehyung bajó un poco la velocidad, sin detenerse del todo.