: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 25

No tenía idea de lo que iba a encontrar… pero su corazón ya latía como si estuviera a punto de vivir el episodio más inesperado de su vida.

– POR OTRO LADO –

El sol ya bajaba en el horizonte, y las dunas del desierto empezaban a teñirse de un dorado rojizo que cegaba si se miraba por mucho tiempo. El viento arrastraba partículas de arena que se metían en los zapatos, en la ropa, en los pensamientos. Y entre todo eso, Taehyung caminaba con los brazos cruzados, el ceño fruncido y una maraña de emociones que ardían más que el calor en su espalda.

Jungkook caminaba unos pasos adelante, en silencio, pero podía sentirlo girarse cada tanto para mirarlo, como si buscara algo que no encontraba.

Taehyung estaba harto. Del calor, del polvo… y de Jungkook.

De que todo a su alrededor girara siempre en torno a él.
De cómo hacía las cosas sin pensar en los demás.
De cómo lo había dejado solo.
De cómo seguía metido en su vida cuando no sabía ni qué sentía por él.
De esa maldita noche… donde lo había visto con Daniela.

El silencio entre ellos se extendió hasta que Jungkook, finalmente, habló con una voz suave, como si pisara cristales.

—¿Cómo estás?

Taehyung soltó una risa amarga, sin mirarlo.
—¿Y ahora sí te importa cómo estoy?

Jungkook se detuvo un segundo, confundido, pero luego insistió.
—Quiero saber qué quieres. ¿Qué quieres tú, Taehyung?

Taehyung se detuvo también, esta vez girándose completamente hacia él, con los ojos brillando de rabia contenida.

—Quiero volver a casa. Quiero ver a mi abuela. Quiero estar con mi hermano. Quiero darme una ducha caliente, comer algo decente y descansar. Estoy cansado, harto de esto. De todo esto.

Jungkook lo miró con una mezcla de sorpresa y fastidio, alzando una ceja.

—Eres un gruñón. Un cascarrabias.

Taehyung bufó, incrédulo.
—No soy nada de eso.

—Entonces deja de actuar como uno —le replicó Jungkook—. Yo solo quería disfrutar el día. ¿Está mal querer pasarla bien? Por fin estoy en paz, Taehyung. No hay fans, ni cámaras, ni nadie siguiéndome. No hay presiones. ¿Por qué no puedes simplemente... disfrutarlo conmigo? Como en el parque. Como antes.

Taehyung lo miró fijamente, apretando los puños.

—¿Así funcionan las cosas contigo, no? ¿Te molestas si las cosas no salen como tú quieres? ¿Y entonces te adelantas, te vas, me dejas atrás?

Jungkook frunció el ceño, deteniéndose. Luego retrocedió unos pasos hasta quedar frente a él.

—No soy así —dijo con firmeza.

—Pues así es como te veo ahora —dijo Taehyung, sin titubear—. ¿O qué? ¿Tus amigos y tus padres te malcriaron tanto que crees que siempre puedes tener lo que quieres? ¿Y si alguien no hace lo que tú deseas, te das media vuelta y esperas que te rueguen para que los perdones?

Jungkook apretó la mandíbula. Su voz se volvió más áspera, más herida.

—¿Por qué estás así conmigo, Taehyung? ¿Por qué estás tan enojado conmigo? ¡Si la culpa del auto fue tuya! ¡Tú te fuiste corriendo sin pensar! ¡Yo… lo único que he hecho es preocuparme por ti todo este tiempo! ¡He estado ahí para salvarte, para protegerte! Lo del parque… ¡lo hice para que olvidaras todo por un rato! ¡Hasta a Minho!

La última palabra salió como un disparo. El pecho de Taehyung se tensó, y la rabia finalmente encontró su camino hacia la superficie.

—¿¡Y por qué dices que lo hiciste por mí!? —gritó, avanzando un paso hacia él—. ¡Todo lo que hiciste fue por ti, Jungkook! Porque tú querías escapar, porque tú querías sentirte libre. Porque tú necesitabas esa paz. No fue por mí. ¡Nada fue por mí!