Taehyung abrió los ojos con pánico cuando sintió el auto inclinarse con más fuerza. El barro lo jalaba, lo absorbía, lo reclamaba como suyo. -¡El auto se está hundiendo! -gritó, sin poder ocultar el miedo.

-¡Ya lo veo! -Jungkook forcejeó con el cinturón hasta liberarse, y sin dudarlo se arrastró hacia su ventana, que apenas alcanzaba a abrirse por el lodo empujando desde afuera.

Ambos sabían que no había tiempo que perder. Sin decir una palabra más, salieron por las ventanas, uno tras otro, peleando contra la succión del barro y el agua que se filtraba con rapidez. Jungkook fue el primero en subir al techo, resbalando ligeramente antes de afirmarse, empapado hasta los huesos. Taehyung trepó detrás de él con dificultad, con su bolso abrazado al pecho como si llevara un tesoro.

-¡No te muevas mucho! -chilló Taehyung, asustado-. ¡Nos vamos a caer si lo haces!

-Relájate, no me voy a poner a bailar aquí arriba -replicó Jungkook, mirando a su alrededor con rapidez hasta que divisó un tronco caído al lado del charco.

Lo señaló. -¡Mira! Ese tronco. Si lo cruzamos, llegamos a tierra firme.

-¿Y si nos caemos? -susurró Taehyung, aún temblando.

-Entonces caemos igual que tu brillante sentido de la orientación -murmuró Jungkook, y se deslizó hacia el tronco con movimientos ágiles.

Logró subirse y comenzó a avanzar con cuidado. Taehyung le siguió, bajando del techo con torpeza, aferrándose a su bolso mientras sus zapatos resbalaban sobre la superficie del tronco húmedo. Dio un paso en falso.

-¡Jungkook, espérame! -pidió, intentando estabilizarse.

Pero no fue suficiente. En un segundo de caos, el tronco tembló, ambos perdieron el equilibrio y cayeron juntos al fango con un gran chapoteo. Gritaron al unísono, hundiéndose hasta las rodillas en el agua espesa y marrón. Taehyung emergió primero, tosiendo barro, empapado, su bolso apenas sujeto de una correa.

-¡¿Estás bien?! -gritó Jungkook, escupiendo agua sucia, tratando de levantarse.

Ambos salieron tambaleándose, embarrados, jadeando, temblando. Miraron atrás justo a tiempo para ver el auto, completamente cubierto por el fango, tragado por completo por la tierra.

-¡NO! -gritó Taehyung, cayendo de rodillas mientras señalaba el vacío donde antes estuvo el coche-. ¡Mataste a Petunia!

-¡Yo no la maté! -replicó Jungkook, sacudiendo las manos empapadas-. ¡Esto fue culpa tuya ! ¡El gran camino del desierto, eh! ¡Una maravilla!

-¡Tú eras el conductor! ¡Y tú entraste aquí!

-¡Tú dijiste que girara a la izquierda! ¡Eras mi copiloto, tu trabajo era leer el mapa! ¡Y claramente no sabes ni cómo sostener uno!

Taehyung lo fulminó con la mirada, con el barro cayéndole por la frente. Se giró para buscar algo entre el lodo y de pronto su expresión cambió al horror.

-¡Mi bolso! -soltó, tocando el vacío a su lado. Su rostro se llenó de pánico-. ¡Mi bolso no está! ¡Jungkook, ayuda, tengo que encontrarlo!

-¿Te estás volviendo loco? ¡Es fango! ¡Te puedes hundir como Petunia!

-¡Agarra mi brazo! ¡Sujétame, por favor! -rogó Taehyung mientras se acercaba a la parte más profunda del charco-. ¡Ahí debe estar, se cayó por aquí! ¡Ayúdame!

Jungkook suspiró, fastidiado, pero fue tras él y lo tomó de la muñeca, afirmándolo mientras Taehyung intentaba alcanzar lo que fuera que creía haber visto.

-¡Todo esto es tu culpa! -gritó Taehyung mientras palmeaba el barro con desesperación-. ¡Si no hubieras alquilado ese parque, no habríamos salido tan tarde! ¡Si no fueras tan famoso, no habría paparazzis! ¡Y si no fueras tú, no estaría ahora buscando mi bolso en un pantano perdido del mundo!

-¡Oh, claro! -bufó Jungkook-. ¡Porque todo gira a tu alrededor, ¿no?! ¡Perdona por ser yo! ¡Y perdona por intentar ayudarte!

-¡Mis papás y mi abuela me van a castigar de por vida! -chilló Taehyung, con voz temblorosa, aún intentando llegar más lejos-. ¡Me van a enterrar vivo en el jardín! ¡Me van a quitar la comida! ¡Voy a morir encerrado por tu culpa!

Y en medio del caos, de los gritos, del barro... el celular de Jungkook empezó a sonar, una y otra vez, incesante, como una alarma aguda en medio del desastre.

-¡Haz que deje de sonar! -gritó Taehyung, sacudiéndose el lodo del rostro con frustración-. ¡Me está volviendo loco!

Jungkook, con las manos sucias, trató de alcanzarlo en su bolsillo, pero resbaló y casi cae de nuevo.

Jungkook, aún sujetando con dificultad el celular embarrado y resbaloso, lo miró con frustración cuando sonó por tercera vez. Su nombre titilaba en la pantalla: "Padre".

-¡Maldita sea! -masculló, llevándose el teléfono al oído mientras intentaba limpiarlo con la manga empapada-. ¡Hola! ¿ Papá?

Del otro lado, apenas se escuchaba una voz, entrecortada y ahogada por la estática.

-¿Jungkook? ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Piensas ir a la fiesta del señor Baek? -La voz de su madre se perdía entre crujidos eléctricos, como si hablara desde otro planeta-. Tu app de ubicación no responde y...

-¡No te escucho! -gritó Jungkook, golpeando el teléfono con la palma abierta como si eso ayudara-. ¡Mamá! ¡Se escucha muy mal! ¡Estoy...!

Un ruido de interferencia interrumpió la comunicación. Y justo en ese momento, con un último pitido agónico... el celular se apagó. Jungkook se quedó en silencio, mirándolo incrédulo. La pantalla ya no respondía.

Desolado, bajó el brazo y giró la mirada hacia Taehyung, que estaba a unos metros de distancia.

El chico, embarrado de pies a cabeza, jadeaba mientras emergía del barro con una expresión de victoria... y furia. En sus manos, su querido bolso, cubierto de lodo pero milagrosamente entero.

-¡Lo encontré! -espetó, avanzando hacia Jungkook con pasos pesados, empapado y visiblemente temblando de enojo-. ¡Y todo esto es tu culpa! ¡Te lo dije! ¡Desde que me subí a ese auto contigo, sabía que era una mala idea!

-¿Perdón? -Jungkook alzó una ceja.

-¡Yo debería estar tomando sol en la playa! ¡No hundido en un pantano con una estrella pop estúpidamente hermosa y estúpidamente irresponsable!

-¿Hermosa? -repitió Jungkook, ladeando la cabeza con una sonrisa juguetona.

-¡NO TE RÍAS! -gritó Taehyung, dándole la espalda-. ¡Me voy! ¡Voy a volver por mi cuenta a la playa!

Y sin más, comenzó a marcharse por el lado izquierdo, resbalando entre el barro seco y la tierra suelta. Jungkook lo observó en silencio, los labios curvándose en una sonrisa divertida. Había algo en la forma torpe y decidida en la que Taehyung caminaba, cubierto de lodo hasta las pestañas, que le parecía... adorable.

-¡Taehyung! -le gritó, cruzándose de brazos-. ¡Estás yendo al lado contrario! ¡La playa queda para allá!

Taehyung se detuvo en seco, sin girarse. Su cuerpo pareció encogerse un segundo por la vergüenza. Luego soltó un suspiro largo y audible, como si el universo conspirara para humillarlo más.

Sin decir una sola palabra, se giró con dignidad fingida y caminó en la dirección correcta. Al pasar al lado de Jungkook, lo miró con los ojos entrecerrados, como si le advirtiera que no se atreviera a decir nada más.

Jungkook solo levantó las manos, en gesto de rendición, conteniendo una carcajada.

Y así, ambos comenzaron a caminar en silencio, con los zapatos haciendo ruidos asquerosos con cada paso, con la ropa pegada al cuerpo, cubiertos de barro, húmedos, apestando a pantano... pero avanzando.

El sol comenzaba a bajar lentamente, pintando el cielo con tonos naranjas y dorados. En algún lugar, no tan lejos, el mar les esperaba.

Aunque no lo sabían, ese camino a la playa sería más que un regreso... sería el inicio de algo que ninguno de los dos había planeado sentir.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang