: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 24

-¿Tae...? -preguntó Jungkook, su voz comenzando a sonar menos confiada-. ¿Estás seguro de que vamos bien?

Taehyung seguía observando el mapa, moviéndolo de un lado a otro, rotándolo, como si al cambiar la perspectiva mágicamente todo fuera a tener sentido.

-Claro que sí. Solo... sigue recto un poco más.

Jungkook entrecerró los ojos. El paisaje seguía idéntico, como si estuvieran atrapados en un bucle desértico. Las llantas crujían sobre la grava seca. El sol ya comenzaba a caer, dorando el polvo.

-¿Un poco más cuánto? -insistió.

-Ya... ya casi -respondió Taehyung, tragando saliva.

Jungkook giró la cabeza con lentitud, entre incrédulo y molesto.

-¿Sabes siquiera cómo leer ese mapa?

-¡Sí! Bueno... no completamente -admitió, intentando disimular-. Pero eso no significa que estemos perdidos.

-¿Tú mismo lo escuchaste? ¡"No completamente"! Estamos literalmente en medio del maldito desierto, Taehyung. Esto no es un GPS.

-¡Perdón por intentar ayudar! -exclamó, indignado-. Quizás si me dejaras concentrarme, en lugar de gritarme, podría-

-¡Tú me metiste aquí! -interrumpió Jungkook-. ¡Ni siquiera sé dónde demonios estamos!

-¡Y tú dijiste que confiabas en mí!

-¡Ese fue mi error!

Ambos se quedaron en silencio por un momento, respirando agitadamente. El aire dentro del auto se volvió más espeso que el del exterior. Taehyung apretó los puños sobre el mapa arrugado, y Jungkook volvió a mirar al frente con fastidio.

-Solo... sigue avanzando -murmuró Taehyung.

-Con gusto -dijo Jungkook, acelerando de nuevo, pero esta vez con brusquedad.

El auto se sacudió, saltando ligeramente al tomar un terreno aún más irregular. La grava se tornó más suelta, y el ruido bajo las ruedas cambió. Era más húmedo. Pegajoso.

El coche avanzó unos metros más, pero entonces el motor comenzó a rugir más fuerte, sin lograr moverse con la misma libertad.

-¿Qué... qué fue eso? -preguntó Taehyung, tensándose.

Jungkook pisó el acelerador.

Pero el auto no avanzó. Retrocedió apenas unos centímetros, con un sonido chicludo, viscoso, como si el suelo quisiera tragárselo.

Un crujido más. Un tirón.

Ambos se miraron. Y luego giraron sus cabezas hacia las ventanas.

Lo que vieron hizo que el mapa cayera de las manos de Taehyung.

Estaban atascados en un charco de fango espeso, con agua de un tono marrón y profundo. El lodo comenzaba a tragarse las ruedas delanteras. El coche estaba inclinado hacia la izquierda, y el suelo alrededor vibraba levemente con cada intento de escape.

-¡No, no, no! -exclamó Jungkook, golpeando el volante.

-¿Cómo... cómo es que hay barro aquí? ¡Si estamos en un maldito desierto!

-¡No lo sé! Tal vez un maldito río subterráneo o un maldito castigo divino. ¡Todo gracias a tu "atajo"!

-¡No es mi culpa! ¡Eras tú quien conducía!

-¡Pero eras tú quien decía por dónde!

El auto se sacudió de nuevo, un poco más profundo esta vez.