: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 24

Entre parada y parada, el auto se detuvo frente a una pequeña tienda de electrónica en Melrose, y fue Jungkook quien insistió:

-Baja conmigo un segundo. Necesitamos algo indispensable para este tour.

-¿Indispensable? ¿No será más ropa? -preguntó Taehyung con ironía.

-Casi -respondió el cantante con una sonrisa traviesa-. Pero no. Una cámara.

Y así, unos minutos después, salieron de la tienda con una pequeña cámara plateada colgando del cuello de Taehyung, moderna pero con ese aire nostálgico que capturaba instantes con más alma que un simple celular.

Desde ese momento, Taehyung empezó a fotografiar cada rincón. Desde el mural de alas en una pared cualquiera, hasta un vendedor callejero de hot dogs. Jungkook lo observaba de reojo mientras conducía, encantado con la forma en que Taehyung miraba el mundo a través del lente.

La primera parada fue el Paseo de la Fama. Jungkook se estacionó cerca y ambos bajaron. Taehyung miró el suelo con curiosidad, observando las estrellas rosadas con bordes dorados incrustadas en el pavimento.

-Wow... esto sí es cliché -murmuró.

-Pero es icónico -respondió Jungkook mientras caminaban entre los nombres.

Taehyung se agachó frente a la estrella de Audrey Hepburn y la fotografió con la cámara que colgaba de su cuello. Luego, sin avisar, apuntó el lente hacia Jungkook, que caminaba despreocupadamente más adelante.

-¡Ey! Avísame al menos, ¿no ves que salgo con la boca abierta? -protestó el idol entre risas.

-Así estás más natural. No todo debe ser perfecto, Jeon Jungkook.

Jungkook solo negó divertido con la cabeza mientras Taehyung seguía disparando fotos a cada detalle: el teatro chino, los imitadores de famosos, los turistas entusiasmados.

Taehyung le tomó fotos a Jungkook caminando, a su reflejo en un escaparate, a los anuncios que decoraban las paredes. Y, por supuesto, no faltó la parada obligatoria frente a uno de los tantos carteles publicitarios de Jungkook.

-Tómame una aquí -pidió él, señalando su rostro gigante en lo alto de un edificio.

-¿Por qué no me sorprende? -bromeó Taehyung, alzando la cámara.

Le tomó la foto justo cuando Jungkook levantó una ceja con arrogancia, imitando su propia pose del cartel.

-¡Ahora una más ridícula! -le gritó, y Jungkook se rió mientras fingía abrazar el anuncio.

Siguieron su recorrido hacia el Observatorio Griffith, subiendo por caminos serpenteantes, donde el aire comenzaba a sentirse más fresco. Desde ahí, la ciudad se extendía como un mar de edificios infinitos.

-Aquí es donde la gente viene a sentir que todo es posible -dijo Jungkook, con la vista perdida en el horizonte.

Taehyung tomó otra foto. Luego otra. Y otra más.

Y cuando pensó que ya no quedaban lugares más icónicos, Jungkook giró el auto por un camino aún más estrecho y comenzaron a subir entre árboles, hasta llegar a uno de los mejores miradores de las letras de Hollywood.

El sol resplandecia y la brisa fluía fresca mente . Ambos bajaron del auto sin decir palabra, como si el paisaje hablara por sí mismo. Taehyung se acercó a la baranda, y Jungkook se paró junto a él.

-Es más bonito de lo que pensé -admitió el chico de Daegu en voz baja.

Jungkook sonrió.

-¿Ves? Ya empiezas a cambiar de opinión.