: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 22

¿Qué sentía por él?

No lo entendía.

No podía entenderlo.

Y al mismo tiempo, no podía dejar de pensar en él.

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Jungkook se puso de pie de golpe. Le faltaba aire. El estudio se sentía sofocante.

Tomó las llaves de su auto y salió.

No avisó a nadie.

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Eran casi las dos de la madrugada cuando las luces de la ciudad lo envolvían, mientras su auto avanzaba silencioso por las calles más apartadas de Los Ángeles. No llevaba rumbo, solo manejaba. Kilómetro tras kilómetro, como si pudiera dejar atrás la presión, el miedo, la rabia. La tristeza.

Los ventanales del coche estaban semiabiertos. El viento jugaba con su cabello, y por primera vez en todo el día… se permitió no pensar en nadie.

Ni en la empresa.
Ni en Daniela.
Ni en los traidores que querían derrumbarlo.
Ni en su equipo.
Ni siquiera en lo que se suponía que tenía que ser.

Solo en él.

Solo en lo que quería.

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Se detuvo en un mirador, donde la ciudad se extendía como un océano de luces. Se bajó del auto y se apoyó en el capó, cerrando los ojos.
La brisa era fría, pero le hacía bien.

Allí, en medio del silencio, lo aceptó:

Estaba cansado de vivir con miedo.
Cansado de desconfiar de todos.
Cansado de callarse lo que sentía.

Y sí…
Cansado de fingir que Taehyung no le importaba.

Sacó su celular, desbloqueó la pantalla, y buscó su contacto.

“Taehyung el paciente”.
Ahí estaba.

Apretó el nombre.

El cursor parpadeaba, esperando que escribiera algo.

Pero sus dedos no se movieron.

Suspiró. Apagó la pantalla.
Aún no.

No esa noche.

Pero pronto.

Muy pronto.

Porque no podía seguir huyendo de lo que sentía.

Y ya no quería seguir conduciendo en círculos por una ciudad que lo aplaudía de día… pero lo devoraba de noche.

La brisa del mirador había calmado a Jungkook más de lo que esperaba. Sus pensamientos seguían desordenados, pero por primera vez en semanas… el caos no lo ahogaba.
El cielo se extendía gris y abierto, con algunas estrellas ocultas entre las nubes, como si también ellas necesitaran espacio para respirar.

Jungkook dio un paso hacia adelante, alejándose del auto. Caminó por el sendero de piedra, con las manos en los bolsillos y la mirada aún perdida en la ciudad. Solo se escuchaba el sonido del viento y el zumbido lejano de los autos abajo, en la autopista. Cerró los ojos un momento y pensó en lo mucho que le hacía falta un abrazo. No uno fingido. Uno real.

Y justo entonces…

¡Pum!

—¡Agh! ¡¿Puedes mirar por dónde vas, idiota?! —gruñó una voz masculina que cayó al suelo tras el choque.

Jungkook retrocedió de golpe, sorprendido, y extendió la mano por reflejo.

—¡Lo siento! No te vi, de verdad... ¿estás bien?