: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 22

—No estamos acusando a nadie —aclaró la jefa de seguridad—. Pero debes saber que estamos rastreando todos los dispositivos conectados a la red de tu mansión, tus accesos a plataformas de mensajería, y... revisaremos cámaras y posibles hackeos.

—¿Cámaras?

—Sí. Queremos asegurarnos de que no te estén espiando incluso dentro de tu casa.

Ahí fue cuando todo cambió.

El cansancio desapareció. Fue reemplazado por una desconfianza fría, punzante.

Jungkook empezó a pensar en todo: los empleados que limpiaban, los cocineros, los jardineros. La gente que entraba y salía con identificaciones de la empresa. Los técnicos de sonido. Su nuevo coreógrafo. Incluso los fans que se acercaban demasiado.

Y en su celular, que dejó de mirar como un amigo... para verlo como un enemigo potencial.

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Esa noche, al regresar a casa, fue directo a su habitación. Cerró las cortinas, apagó los dispositivos inteligentes y desconectó el Wi-Fi. No dijo ni una palabra a nadie. No cenó.

Se quedó sentado en el borde de la cama, con el celular en la mano, viendo su reflejo en la pantalla negra.

¿Quién lo estaba observando?

Y lo peor...

¿Quién lo estaba traicionando?

– HORAS DESPUÉS –

La noche había caído sobre Los Ángeles como una sábana oscura y densa. Jungkook estaba solo en su estudio, rodeado de papeles, contratos, su celular encendido con la pantalla iluminando su rostro, y una playlist instrumental que no lograba apaciguar el ruido de su mente.

El día había sido brutal.

Había comenzado con una discusión con su coreógrafo. Luego, su estilista había llegado tarde, su manager parecía estresado todo el tiempo, y, por si fuera poco, la reunión con los ejecutivos de la empresa lo había dejado helado.

“Hay alguien filtrando información”, le dijeron.
“Fotos tuyas, itinerarios, detalles que solo tu equipo cercano conoce.”
“Podría ser alguien de seguridad. Alguien que finge ser leal.”
“Cuidado con lo que compartes. Con quién hablas. Incluso tus amigos…”

Amigos.

Jungkook había salido de esa sala sintiéndose más solo que nunca.

El peso de la fama. La constante vigilancia. Las expectativas.
Y, sobre todo, la desconfianza.
No poder hablar libremente. No saber quién quería realmente estar a su lado… o quién solo buscaba un trozo de su brillo.

Había abierto Instagram más temprano y vio el revuelo tras la entrevista. Las fotos de la fiesta. Daniela a su lado. Los titulares jugaban a vender una historia perfecta. Una que no existía.

Porque esa noche, mientras todos brindaban, reían y Daniela se colgaba de su brazo como si fueran la pareja del año…
Jungkook no podía dejar de pensar en otra persona.

En unos ojos oscuros. En una sonrisa diferente.
En la manera en que alguien lo había escuchado sin juzgarlo.
En el calor del sol sobre su rostro mientras caminaban por un parque vacío.
En cómo lo había hecho sentir real… aunque fuera solo por unas horas.

Taehyung.

Desde aquella noche, no se había atrevido a escribirle.

No sabía qué decirle. Ni cómo.
Lo había llevado hasta su casa como si nada hubiera pasado. Y desde entonces, el silencio había crecido como una grieta entre los dos.