Le daba miedo lo que sentía.
Pero le daba aún más miedo no poder dejar de sentirlo.

Y así se quedó.
A las 8:43 p.m., en una habitación de lujo, con una carrera brillante, con el futuro asegurado…
…pero con el corazón temblando por un chico que no debería significar nada,
y que, sin embargo, estaba empezando a significarlo todo.

8:56 p.m.

La noche se sentía más densa de lo habitual, y no por el calor de Los Ángeles. Era algo distinto. Algo que pesaba en el pecho de Jungkook mientras estaba recostado boca arriba en su cama, aún vestido, con el celular sobre el pecho y la mirada fija en el techo. No había encendido la luz. Solo la tenue claridad que venía desde la terraza iluminaba su rostro pensativo.

La puerta de la habitación se abrió sin previo aviso, con la familiaridad de quien ya no pide permiso.

—¿Puedo entrar? —preguntó la voz de Yoongi, aunque ya lo estaba haciendo.

Jungkook ni siquiera volteó a verlo. Solo asintió con la cabeza.

—¿Qué haces a oscuras? —inquirió Yoongi con ese tono despreocupado que lo caracterizaba, aunque hoy no le salía del todo. Cerró la puerta tras de sí y caminó hasta sentarse en el borde de la cama—. Necesitaba verte.

Jungkook se incorporó ligeramente sobre los codos.

—¿Pasó algo?

Yoongi suspiró largamente y bajó la mirada. Sus dedos jugaron entre sí, nerviosos.

—Salí con él.

—¿Con el hermano de Taehyung? —preguntó, casi automático, antes de fruncir el ceño—. Espera... ¿Jimin?

Yoongi asintió sin mirarlo.

—Lo vi en una tienda de artesanías... con su abuela y su... novio. Bueno, no sabía que era su abuela al principio. Solo… lo vi y no quise perder la oportunidad.

—¿Lo seguiste?

—Un poco —admitió, sin arrepentimiento, pero con evidente agotamiento emocional—. Fue estúpido. Quería una cita con él, y no sabía cómo pedírselo... Así que lo planeé todo. Lo llevé al zoológico. Pensé que sería divertido, pensé que me dejaría quedarme un rato más en su vida si se lo pasaba bien.

Jungkook se sentó completamente, apoyando los brazos en sus rodillas.

—¿Y?

—Casi nos besamos —confesó Yoongi, esbozando una sonrisa triste—. Estábamos encerrados en un cuarto, hablando... fue un buen momento. Pero alguien entró y nos interrumpió, y... luego él descubrió que todo lo planeé. Se molestó. Pensó que lo manipulé.

Jungkook apretó los labios. Pudo ver en los ojos de su amigo una mezcla de frustración y culpa.

—Le he estado escribiendo desde que lo dejé en su casa, pero no responde.

El silencio se hizo por unos segundos hasta que Yoongi, ladeando el rostro, notó algo en Jungkook.

—¿Y tú qué tal? —preguntó con interés genuino—. ¿Cómo fue tu día en el parque con Taehyung?

Jungkook tragó saliva.

—Fue… fue diferente a todo —susurró, y bajó la cabeza.

Yoongi alzó una ceja.

—¿Diferente cómo?

—Me reí, me abrí, hablé de cosas que no hablo con nadie. Sentí... paz. Y luego emoción. Y luego miedo.

Yoongi lo observó con atención, esperando que dijera más.

—Le alquilé todo el parque. Solo para él. Y para mí —continuó Jungkook, con una sonrisa nostálgica que se desvaneció pronto—. Le tengo tanto cariño... pero también me da tanto miedo lo que siento.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Donde viven las historias. Descúbrelo ahora