—Te extrañé hoy —murmuró Jimin, sin mirarlo.

—Yo también —respondió Taehyung, casi en un suspiro.

Y aunque su mente seguía viajando hacia ese auto, hacia ese chico, hacia esa mirada que tanto quería olvidar…
En ese instante, junto a su hermano, bajo una manta y una película cualquiera, sintió un poco de paz.

La paz antes de la tormenta.

La película seguía en pantalla, pero ninguno de los dos prestaba verdadera atención.

Jimin masticaba lentamente las papas, con la mirada perdida y el cuerpo tenso, como si su mente estuviera muy lejos de ahí. Taehyung lo observaba de reojo desde hacía un rato, el teléfono de su hermano vibraba , Taehyung notaba cómo su hermano desbloqueaba el celular, lo miraba un segundo y volvía a bloquearlo, una y otra vez.

—¿Te pasa algo? —preguntó sin apartar la vista de la película.

—Nada —respondió Jimin, aunque el sonido constante de su teléfono contradijo su intento de evasión.

Una vibración. Luego otra. Y otra más.

Taehyung giró apenas el cuello y lo observó de reojo. Jimin sostenía el teléfono entre las manos, bloqueándolo cada vez que aparecía una notificación.

—¿Quién te escribe tanto a esta hora?

—No es importante.

—¿No es importante o no quieres contarme?

Jimin mordió el interior de su mejilla. Parecía debatirse entre hablar… o seguir guardándolo.

—Solo es… Yoongi.

Taehyung alzó ambas cejas, genuinamente curioso.

—¿Yoongi? ¿El amigo de Jungkook?

—Sí.

—¿Desde cuándo hablas tanto con él?

—Desde que nos recogiste en el parque  —soltó Jimin con ironía.

Taehyung giró del todo hacia su hermano, apoyando el codo sobre el respaldo del sofá, visiblemente interesado.

—¿Qué pasó?

Jimin suspiró. Parecía resignado.

—Te lo voy a contar todo, pero no te rías… ni hagas comentarios tontos.

—Prometo reírme solo si es muy gracioso.

Jimin rodó los ojos, pero terminó contándole todo. Desde el principio.

—Después de que habías elegido abandonarme con la abuela, y ella me llevara con Seujun —empezó—. Fuimos a un parque cultural rodeado de zonas verdes, puestos de artesanías, esculturas modernas y fuentes decorativas. Y cuando estábamos en el pasillo de las máscaras, me choqué con Yoongi. Literalmente. Él apareció de la nada.

Taehyung sonrió.

—¿Se cayeron? ¿Estilo novela turca ?

—¡No! Bueno, casi. Fue incómodo. Pero después de eso, no dejó de molestarme. Se burló de mi camiseta, de cómo caminaba, de mi cara con bloqueador… ¡de todo! Y luego la abuela, como si fuera cómplice, lo invitó a pasar el día con nosotros.

Taehyung sonrió, cruzándose de brazos.

—Parece salido de un dorama barato.

—Exacto. Eso pensé. Pero lo peor fue que no fue tan horrible como esperaba. Discutimos un montón. Él me sacó de quicio todo el día. Me hizo enojar mil veces. Pero también... me hizo reír. Me escuchó. Me cuidó cuando casi me desmayo por el sol. Me compró un helado. Me hizo enojar de nuevo. Y… no sé, sentí algo raro.

Taehyung lo observó con más atención.

—¿"Raro" como mariposas en el estómago o como urticaria?

—¡Como mariposas, idiota! —Jimin se escondió la cara entre las manos, frustrado—. Y ahora no sé qué pensar.

Taehyung no pudo evitar una risa ahogada.

—Eso suena exactamente como algo que la abuela haría.

—Eso no es todo. En algún punto, ella y Seujun desaparecieron, dejándome solo con ese maldito. Y cuando pensé que me iba a dejar en paz… ¡me llevó al zoológico!

—¿Te llevó al zoológico?

— Sí. La abuela le pidió que me traiga a casa y se encargue de mi – Taehyung  una carcajada – Y me dijo si no tenía que hacer nada en casa o algún plan , le dije que no , y entonces me dijo que me llevaría al Zoológico.

— Primero pensé que era una broma. Pero me dijo que sería divertido. Y cuando me di cuenta, ya estábamos entrando.
Nos pasó una serie de accidente , una paloma que casi se lleva mi gorra, una foto con un panda que terminó con un guardia regañándonos por pasar el límite de seguridad, y un incidente con un carrito de helados que terminó dejándome lleno de chocolate  la camisa.

— Enserio – Ríos Taehyung.

— Si. Se hizo el tonto, me compró helado, me habló de jirafas,nos pasó de todooooo, me hizo reír… y luego me metió en un cuarto del personal para supuestamente huir de unas fans que lo reconocieron.

—¿Fans? ¿De Yoongi?

—Sí, también es famoso Taehyung. No tanto como Jungkook, pero tiene sus seguidoras. Es un productor y compositor.

Taehyung lo miró, entre divertido y sorprendido.

—¿Y entonces qué pasó?

Jimin bajó un poco la voz. Su mirada se perdió entre los pliegues de la manta.

Jimin recordó.

—Nos encerramos en ese cuarto… y hablamos. Mucho. Él fue diferente. Me preguntó sobre mis miedos, mis sueños, mis metas. Habló de su infancia, de cosas que no creo que cualquiera diga. Me miraba… como si me estuviera viendo de verdad, ¿sabes?

Taehyung dejó de sonreír. Su expresión se volvió suave.

—¿Y tú? ¿Qué sentiste?

Jimin dudó un momento. Luego bajó aún más la voz.

—Que quería besarlo. Y él también quería. Lo sé. Estuvimos a nada. A centímetros. Pero justo cuando iba a pasar, alguien abrió la puerta. Un chico, creo. Y después… y después el chico le pregunto a Yoongi si funcionó con el chico que le había dicho que iba a llevar ahí , y blabla. Creo que todo lo planeo el .

—¿Todo? ¿Hasta las fans?

—Eso creo. Me sentí usado. Como un experimento. Por eso lo mandé a la mierda. No quería volver a saber nada de él.

—Y ahora te escribe.

Jimin asintió.

—Me ha escrito desde que volví. Que lo malinterpreté. Que quiere explicarse. Que le dé otra oportunidad.

—¿Y por qué no se la das?

Jimin se encogió de hombros.

—Porque no sé si me gusta… o si me cae mal.

Taehyung soltó una risa suave.

—¿Y si eso mismo te hubiera pasado con Jungkook?

Jimin lo miró con ojos entrecerrados.

—¿Qué tiene que ver Jungkook?

—Que tú eras fan de él. Capaz si todo eso te pasaba con él en lugar de con Yoongi, estarías llorando por amor ahora mismo.

Jimin le lanzó una almohada, aunque no pudo evitar reír también.

—Calla, idiota.

—Pero hablando en serio —dijo Taehyung, más sereno—, creo que Yoongi te gusta. No lo admitas aún si no quieres, pero se nota. Solo… andate con cuidado. Él parece ser un experto en confundir a la gente.

—Créeme, ya lo tengo bien claro.

Ambos se quedaron en silencio después de eso, mirando la película como si no hubieran hablado de nada importante. Pero Taehyung sabía que sí. Sabía que, de algún modo, los sentimientos de su hermano estaban comenzando a moverse. Y sabía lo peligroso que era eso.

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