Las últimas palabras de Jungkook aún zumbaban en su cabeza.

"Lo siento, tengo que irme. me salió una emergencia ."

Nada más.

Y se había ido. Sin mirar atrás.

¿Fui un error? ¿Un momento que quiso olvidar de inmediato?
Se frotó el rostro, suspirando. Quizá se estaba haciendo ideas. Tal vez de verdad fue algo de trabajo. Tal vez no tenía que dolerle tanto. Pero dolía. Mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Caminó la cuadra que faltaba arrastrando los pies. La calle estaba en silencio, las ventanas vecinas ya cerradas y la noche cayendo con pesadez. Al llegar frente a la casa de la abuela, la luz del porche estaba encendida. Empujó la puerta, sin hacer mucho ruido. No sabía si su abuela ya había llegado o no… pero no esperaba encontrarse con lo que vio al cruzar el umbral.

—¿Taehyung?

La voz vino desde la cocina. Y luego apareció Jimin…
Con una bata de baño, una vincha en el cabello, y una mascarilla de aguacate cubriéndole la cara.

Taehyung se quedó congelado. Luego parpadeó.

Y no pudo evitar reír.

—¿Qué demonios ? , puedes dejar de asustarme así —dijo entre carcajadas, soltando la mochila en el suelo.

—¡Es colágeno natural, idiota! —bufó Jimin, pero sus ojos sonreían—. ¿Dónde estabas? ¿Por qué no respondiste los mensajes? ¡Llevas horas desaparecido!

Taehyung se acercó y lo abrazó rápido, con el mentón aún vibrando por la risa.

—Estaba con alguien… tranquilo, estoy bien.

Jimin lo separó un poco, alzando una ceja.

—¿"Alguien"? ¿Quién?

Taehyung dudó. Un segundo. Dos.

No puedo decirle la verdad. No todavía.

—Con Jin… ¿Recuerdas el chico que conocí en la fiesta de la vecindad? El del cabello negro. Me escribió hoy y salimos a dar una vuelta.

Jimin lo miró en silencio. No parecía muy convencido.

—¿El que chico accidentalmente contigo y parecía modelo de drama? ¿Ese Jin?

Taehyung asintió rápidamente.

—Sí, ese mismo.

—Mmm… bueno. Suena a cita.

—¡No fue una cita!

—Claro que no —ironizó Jimin, dándole un manotazo suave en el brazo—. Anda, estás todo sudado. Subí a darte una ducha antes de que te me desmayes del calor. Yo pongo una película y te espero abajo.

—Sí, jefe —respondió Taehyung, sonriendo débilmente.

Subió las escaleras con lentitud, como si el cansancio lo alcanzara todo de golpe. En la ducha, el agua caliente le ayudó a relajarse, pero no a ordenar sus pensamientos. Jungkook. El auto. La forma en que lo miró antes de alejarse. Todo le daba vueltas como un disco rayado. Y lo peor… es que ya lo empezaba a extrañar.

Al bajar, con ropa limpia y el cabello mojado cayéndole en la frente, encontró a Jimin recostado en el sofá, con una manta encima y una bolsa de papas abierta en su regazo. En la pantalla, comenzaba una película antigua, de esas que solían ver cuando eran más chicos.

—¿Espacio en el sofá? —preguntó Taehyung con voz suave.

Jimin levantó la manta sin responder. Taehyung se dejó caer a su lado, acomodándose sin pensarlo mucho. Durante unos segundos, solo hubo silencio. La película avanzaba, y el crujido de las papas rompía el aire cada tanto.

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