—Sí, pero… no puedo acompañarte hasta la puerta. Me acaba de salir una emergencia —mintió, odiándose por ello—. Lo siento.

Taehyung apenas abrió los ojos, confundido, aún medio dormido. Miró por la ventana, sin reconocer del todo el lugar.

—¿Aquí? ¿Pero…?

—Estás a una cuadra, solo sigue recto —dijo Jungkook rápido, sin mirarlo a los ojos. Si lo hacía, no podría soportarlo.

Taehyung parpadeó, visiblemente confundido, pero asintió con lentitud. Salió del auto arrastrando los pies, con el cabello un poco revuelto, aún procesando todo. Cerró la puerta tras él, y Jungkook apretó el volante tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.

Lo observó por el retrovisor.

Taehyung caminaba despacio, frotándose los ojos,con un puchero ,con una expresión en la cara que lo rompió por dentro. De desconcierto. De abandono.

Lo siento, Taehyung…
No quería dejarte así.

Pero ya era tarde.

Jungkook pisó el acelerador, sintiendo cómo algo dentro de él se partía. No por el productor. No por las amenazas. Sino por lo que acababa de hacerle a alguien que, sin siquiera buscarlo, se estaba volviendo indispensable para él.

Y por primera vez en mucho tiempo, deseó no ser Jeon Jungkook, la estrella.
Deseó ser simplemente alguien que pudiera quedarse a su lado.

-- MINUTOS DESPUÉS --

El motor rugía en silencio, como si no quisiera romper el eco del pensamiento que lo tenía atrapado. El camino de regreso a la mansión le pareció más largo que nunca, aunque lo hizo en tiempo récord. El volante se volvió un ancla para sus manos sudorosas, y su mente era un bucle constante de imágenes: los ojos adormecidos de Taehyung, su voz confusa, el calor de su cuerpo junto al suyo… y el mensaje. El maldito mensaje.

La seguridad de la entrada lo reconoció al instante, y el portón se abrió sin necesidad de bajar el vidrio. Jungkook ni saludó. Solo aceleró y aparcó de golpe frente a la entrada.

Allí estaba él.
Jeong.
El productor.
Traje oscuro. Brazos cruzados. Mirada fría como una lápida.

Jungkook bajó del auto junto a Bam, quien se fue directo a la cocina. Jungkook sintió que el aire pesaba el doble en ese instante.

—Pasa —ordenó el productor sin saludar, sin un tono cálido. Era como si él ya no fuese el chico estrella al que todos mimaban, sino una amenaza que debía corregirse.

Entraron a la sala principal, y apenas cerró la puerta, el productor se giró con el ceño fruncido.

—¿Dónde estabas?

Jungkook tragó saliva, intentando mantener la compostura.

—Salí a despejarme. Necesitaba… un poco de aire.

—¿Aire? —Jeonng soltó una risa seca, sin humor—. ¿Despejarte? No estamos hablando de un paseo por el parque, Jungkook. Sabemos dónde estabas. Con quién estabas. Tengo fotos. Tengo informes.

El mundo pareció detenerse.

—¿Informes?

—¿De verdad pensaste que no te seguiríamos? ¿Que podrías irte así como así, sin que nadie te viera? ¿Crees que los paparazzi son tus únicos problemas?

Jungkook frunció el ceño, dando un paso atrás, pero Jeong se acercó, sin pausa.

—Ese chico. ¿Cómo se llama? ¿Taehyung? ¿Qué carajo hacías con él?

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now